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Jueves 14/11/2024
 

Cádiz

El cambio climático pone en peligro a crustáceos y corales

La supervivencia de los arrecifes de coral y de numerosas especies marinas, como los crustáceos, está gravemente amenazada debido al aumento de la acidez del agua de los océanos provocada por el incremento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), responsables del cambio climático.

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  • La progresiva acidez del agua a causa de las emisiones de CO2 ponen en peligro estos ecosistemas de corales. -
La supervivencia de los arrecifes de coral y de numerosas especies marinas, como los crustáceos, está gravemente amenazada debido al aumento de la acidez del agua de los océanos provocada por el incremento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), responsables del cambio climático.

Esta es una de las conclusiones del informe de la organización conservacionista Oceana Acidificación: ¿Cómo afecta el CO2 a los océanos?, que advierte de que si las emisiones de CO2 siguen creciendo al ritmo actual, el PH oceánico caerá al nivel más bajo en los últimos 20 millones de años y se produciría una extinción masiva de corales.

Los océanos actúan como importantes sumideros de gases efecto invernadero, reduciendo la concentración de CO2 en la atmósfera y ejerciendo de esta forma un importante papel atenuador de los impactos asociados al cambio climático.

Sin embargo, este efecto amortiguador tiene graves consecuencias para los ecosistemas y la biodiversidad de los océanos, según la ONG.

Desde los comienzos de la época industrial, los océanos han absorbido el 30% de las emisiones de CO2 y el 80% del calor generado por los gases de efecto invernadero.

Este hecho, unido a un continuo y rápido crecimiento en las emisiones de CO2 de origen humano –proveniente principalmente de la quema de combustibles fósiles– ha empezado a alterar seriamente la química oceánica.
La continua absorción de dióxido de carbono provoca un descenso importante del PH marino, es decir, las aguas se vuelven cada vez más ácidas.

La acidificación dificulta y, en casos extremos, impide por completo la formación de estructuras de carbonato cálcico por parte de organismos marinos como crustáceos, moluscos y corales, que necesitan de este componente para la formación de sus conchas y esqueletos externos.

LA AMENAZA VA MÁS ALLÁ

El informe destaca que muchos de estos organismos son la base de las cadenas alimentarias de miles de especies, por lo que su desaparición supone una gran amenaza tanto para los ecosistemas como para todas aquellas poblaciones que dependen de alguna forma de dichos ecosistemas.

Así, un cuarto de las especies marinas existentes, es decir, nueve millones, dependen de los arrecifes de coral para su reproducción o alimentación.

En la atmósfera hay actualmente 385 partes de CO2 por millón y el punto de no retorno para los corales y otros organismos es de 450 partes por millón, lo que, según Oceana, exige reducir las emisiones entre un 25 y un 40 por ciento respecto a los niveles de 1990 para el año 2020 y en un 80-95% en 2050.

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