Tras reunirse su junta de portavoces el pasado 16 de febrero, el Comité Interempresas de Airbus emitió un comunicado sobre su encuentro con el CEO de Airbus Operaciones, Michael Shöllhorn, tras su visita a España en la que trasladó “su visión respecto a la situación actual de la división” y la “repercusión que sigue teniendo la Covid-19 en las actividades y el día a día de la compañía”.
El comité exige que se mantengan los compromisos industriales con las plantas y no “aceptaremos cierren de plantas, ni desmantelamientos del tejido productivo”, por lo que lamentan que “de manera totalmente injusta sigan situando a la planta de Puerto Real en el centro de la diana”, posicionamientoSegún el comité, el CEO de Airbus indicó que “más allá de profundizar en la crisis actual y en el contexto, señala que en su conjunto el 2020 no ha sido un mal año en lo referente a entregas, y en gran medida se debe al compromiso, trabajo y esfuerzo del conjunto de la plantilla”, pero “no puede engañar y trasladar un mensaje, a su juicio, de falso optimismo puesto que la recuperación está tardando más de lo esperado y la tercera ola de la pandemia ha azotado con gran dureza, extendiendo sus restricciones en el tráfico aéreo internacional”.
Por ello, realizó un llamamiento “para encontrar los equilibrios que nos permitan situar a la compañía en el mejor escenario posible”. Y es que en el proyecto Odissey, “a pesar de los esfuerzos realizados en España”, está lejos de dar por solucionado el ajuste, y que de las “600 posiciones actuales sin solución… el número podría reducirse en torno a las 200 posiciones, si bien éstas a día de hoy no ven una resolución factibles para ellas y a diferencia de Alemania, Francia y Reino Unido, donde ya se han realizado los ajustes, en España no pueden quitar de la mesa el acudir a medidas traumáticas relacionadas con el empleo”.
Y es aquí donde se explica que “la planta de Puerto Real no era competitiva, no lo es actualmente y en el contexto en el que nos encontramos no lo va a ser”. Una dura descripción con la que Shörllhorn invitó al comité interempresas de Airbus a que reflexione para que se busque “la mejor solución entre todos sin que perdamos el punto de vista industrial y de futuro. Creen que puede haber soluciones que garanticen la mayor parte de la carga de trabajo en Cádiz y que mantengan el empleo, pero ven muy difícil que con las cargas de trabajo existentes la coexistencia de dos centros en Cádiz en las actuales circunstancias”.
Ante ese posicionamiento y tales “comentarios”, los representantes de los trabajadores indicaron su desacuerdo, “si bien somos conscientes de la actual situación y de las dificultades existentes, creemos que pese a posibles discrepancias hemos sido plenamente responsables y hemos realizado un ejercicio de coherencia y transparencia en beneficio de nuestra industria y mantenimiento de las plantas españolas y el empleo”. Además, “hemos sido capaces de involucrar a la administración española, alcanzando acuerdos como hacía 20 años que no se veían en nuestra empresa”, en referencia a la apuesta del Gobierno por el sector aeroespacial como sector estratégico nacional.
Por ello, consideran que “no es justo que los trabajadores paguemos el peaje de la cancelación del A380 y la excesiva dependencia de las plantas españolas de este programa”, así que reclaman “la redistribución de las cargas de trabajo y de los paquetes que doten de viabilidad industrial” a dichas factorías, “igual que ha ocurrido en los otros tres países del grupo”.
El comité exige que se mantengan los compromisos industriales con las plantas y no “aceptaremos cierren de plantas, ni desmantelamientos del tejido productivo”, por lo que lamentan que “de manera totalmente injusta sigan situando a la planta de Puerto Real en el centro de la diana”, posicionamiento que trasladarán este viernes al presidente de la compañía en España, Alberto Gutiérrez.