Los controladores de Salvamento Marítimo del Estrecho de Gibraltar, encargados de gestionar y atender las emergencias en una de las zonas con mayor densidad de tráfico de barcos mercantes, están preocupados ante los planes de perder "su ojo" en la zona, su centro en Tarifa.
El emblemático centro de “Tarifa Tráfico”, ubicado en una situación estratégica desde la que se divisa el mar que deben vigilar, será convertido en una estación remota, y su personal, trasladado a una torre del puerto de Algeciras, en la que perderán esa visión directa que, según dicen, sigue siendo fundamental para desarrollar con garantías su trabajo, por mucho que los radares y medios tecnológicos avancen.
"Tenemos enfrente lo que estamos gestionando. La visión directa de un operador no se puede sustituir sólo por un radar en muchas ocasiones", se queja a EFE Azucena López, una de los 21 controladores marítimos que trabaja en el Centro de Coordinación de Salvamento de Tarifa.
El centro de Tarifa, ubicado en el Parque Natural de El Estrecho, existe incluso antes de que en 1992 se creara la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR) y es pionero y referente a nivel europeo.
Desde él, en turnos, las 24 horas del día, los controladores gestionan la seguridad de una "autopista marítima" por la que circulan unos 100.000 buques al año, junto a otros barcos, desde pesqueros, ferris que cruzan El Estrecho, "pateras" y hasta "narcolanchas".
Entre sus misiones también figura la lucha contra la contaminación y la salvaguarda de la vida humana en el mar, en una de las zonas utilizadas por los migrantes que, desde Marruecos, tratan de llegar a las costas españolas.
La dirección de SASEMAR ha proyectado un gran cambio para este centro: en él quedarán los radares, pero los controladores y sus funciones se trasladaran a la planta 14 de la torre de control de Salvamento Marítimo en el puerto de Algeciras, desde donde perderán la visibilidad directa de la franja marítima.
José Antonio Pérez Alonso, director de Administración y Recursos Humanos de SASEMAR, ha explicado a EFE que el centro de Tarifa tiene "muchos problemas de mantenimiento". "Históricamente SASEMAR intentó que fuera suyo, fue imposible", por lo que cualquier obra conlleva complicaciones porque precisan del concurso de otras administraciones.
Finalmente SASEMAR ha decidido su próximo traslado a un espacio propio en la torre del puerto de Algeciras.
Allí compartirán planta con sus compañeros del CCS Algeciras, que gestionan el tráfico en el primer puerto de España, así como las emergencias en el mismo.
El espacio será acondicionado para evitar interferencias entre los dos equipos.
Pérez Alonso asegura que con el traslado Salvamento Marítimo "no va a perder un milímetro de presencia en la zona", que en sus nuevas dependencias los controladores verán respetadas las condiciones físicas de trabajo que tienen actualmente y precisan para desarrollar su labor y que perder la visión directa sobre el mar no afectará a su trabajo.
Pero los controladores que están al pie del cañón, según explica Azucena López, están "muy preocupados" porque creen que la mudanza va a conllevar "un cambio de eficacia" en su trabajo y que se realiza "sin ninguna razón operativa" que lo justifique y "dando la espalda a modelos marítimos que se siguen en el resto del mundo".
"Nuestro trabajo exige mucha atención, una gran consciencia situacional, la gestión de emergencias conlleva mucho estrés", explica esta controladora, que, como sus compañeros, cree que compartir el espacio con otros servicios en la torre de Algeciras, puede mermar sus capacidades.
Y cuenta que desde este centro hacen "un trabajo silencioso" que ha permitido "sacar muchas emergencias adelante" y evitar grandes catástrofes ecológicas.
Recuerda, por ejemplo, como en julio pasado detectaron como un barco, el petrolero “Advantage Summer", cargado con 120.000 toneladas de fuel, casi el doble de lo que transportaba el "Prestige", quedó a la deriva tras un incendio en sus máquinas, a escasa distancia de costa, entre Algeciras y Tarifa.
"Gracias a que lo detectamos por radar muy pronto, y activamos un remolcador muy rápido se pudo evitar el desastre ecológico que habría ocurrido si el barco hubiera embarrancado", explica.
"Sin el ambiente de trabajo correcto, tal vez hubiera sido imposible asistirle con un remolcador a tiempo. En nuestro trabajo una rápida actuación es fundamental y un fallo en la recepción y gestión de la información puede llevar a resultados catastróficos".
Los controladores, añade Azucena López, creen que con el plan de traslado estas condiciones se verán mermadas, porque no creen que un tabique pueda ser suficiente para insonorizar el trabajo de los dos equipos de controladores que compartirán una misma planta.
"Nosotros trabajamos tres personas coordinando a la vez varias emergencias que necesitan una plena atención, en momentos que pueden ser de suma tensión y de mucho riesgo en la resolución de un incidente, hablando por canales de VHF con los barcos o, muchas veces, atendiendo llamadas de auxilio desde los móviles de quienes van en pateras en peligro; sumado a las conversaciones propias y continuas de la gestión del tráfico Marítimo", un "ruido" que en la planta se sumaría al del trabajo de los compañeros del CCS Algeciras.
López dice que ni ella ni sus compañeros, entienden por qué dejar un centro, el de Tarifa, que "se encuentra en perfecto estado" y que, además, seguirá necesitando trabajos de mantenimiento y asumiendo costes de seguridad, puesto que quedarían allí los equipos que lo convertirán en una estación remota.
El de Tarifa es "un referente" tanto dentro de la red de veinte centros de Coordinación de Salvamento (19 en la costa y uno en Madrid) como a nivel internacional.
"Parte de ese prestigio se debe a las condiciones de trabajo que le permite su ubicación, lo que proporciona a sus trabajadores un espacio idóneo para el desarrollo de una labor eficiente y eficaz en la salvaguarda de vidas humanas y de protección del medio ambiente", asegura la controladora.