La plaza Mayor se llenaba un año más de júbilo, esperando el verdadero significado del por qué se celebra la Semana Santa. Jesús, con llagas en los dedos, alza la mano derecha triunfante expresando la consecución de su promesa: “levantaré el templo en tres días”; así se hizo. Después de su entrada en Jerusalén, su cautiverio y su fragelación, así como su crucifixión y su posterior muerte; Cristo resucitaba ayer en Chiclana.

Y lo hacía de la manos de los más jóvenes, “dejad que los niños se acerquen”, decía y los niños se acercaron. El grupo parroquial de la Sagrada Resurrección, a tenor de los visto ayer posible futura hermandad, llevó con notable éxito pasear por las calles a un Cristo, que cuenta en su cortejo con la representación de todas las hermandades y cofradías de la localidad, para poner el broche a la Pasión.

Acompañamiento
Asimismo, la Agrupación Musical Las Angustias abría la Cruz Parroquial y la Banda de Música Maestro Enrique Montero era la encargada de acompañar el paso de Cristo. Una canastilla que este año le ha tocado en suerte llevar a costal a los costaleros de Humildad y Esperanza de Chiclana. Casualidad, ya que este año el Lunes Santo se quedaba huérfano, al no poder celebrar su estación de penitencia en la calle su hermandad, Humildad y Paciencia.

En torno a la 13.30 la comitiva llegaba a la Plaza Mayor, para proceder a la despedida final antes de enfilar las rampas que salvar las escalerillas de la Parroquia de San Juan Bautista. En todo momento, la gente se agolpaba para ver al Resucitado, en especial en este lugar, en la Plaza Mayor, donde el numerosos público se amontonaba para despedir al último paso de la Semana Santa. El Resucitado se despidió hasta un nuevo año, quien sabe si el próximo tendrá ciertas novedades en como entidad.