Teniendo en cuenta el uso indiscriminado de las nuevas tecnologías por parte de los niños, acentuándose más si cabe este uso en la época de vacaciones veraniegas, la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de La Línea, dependiente de la concejalía de Sanidad y Consumo, cuya concejal delegada es Carmen Ramírez, quiere poner en conocimiento de los consumidores y usuarios una serie de consideraciones y advertencias que sirvan de aviso e información a los padres para poder luego utilizarlas en defensa de los menores.
Se sabe que desde cada vez más temprana edad los niños tienen acceso a las nuevas tecnologías y más en concreto a Internet, una herramienta de información y comunicación que puede ser perjudicial sin la oportuna supervisión.
Algunos padres ven con preocupación el periodo de tiempo que estos menores pasan delante del monitor con las consecuencias de aislamiento y el consiguiente deterioro de habilidades sociales que esto conlleva.
Este sería unos de los aspectos negativos del citado “enganche a la red”, además de que en la misma existen otros peligros latentes como el contacto con extraños a través del chateo y de los contenidos inapropiados con accesos sencillos o de forma muchas veces casual o engañosas por parte de terceros interesados.
El contacto de adultos con los menores por medio del chat es frecuente y se conocen estadísticas. Como prueba de esto, el 14,5% de los niños que utilizan estos canales de comunicación ha acudido a la cita con un desconocido. Estos datos son recogidos por el Defensor de Menor y por las ONGs dedicadas a la defensa de la infancia.
Ante las dudas que suscitan estas tecnologías algunos padres optan por negarlas a sus hijos absolutamente, lo que no es tampoco conveniente. La solución estaría en adquirir algunas nociones informáticas, hablar con algún experto que aconseje y poner toda la buena voluntad para comprender los riegos de navegar en Internet y, por supuesto, la forma de evitarlos antes de que estos se produzcan.
Los consejos que la OMIC ofrece son varios, entre ellos tener en cuenta que la red no es distinta de la calle y al igual que no se deja a un niño en plena ciudad solo, de la misma forma se debe guiar y navegar juntos. También, colocar el ordenador en la casa en un lugar sin privacidad, crear una pagina de inicio con enlace a sitios de confianza y de interés para los menores y tener listas de favoritos con el mismo interés, así como advertir sobre los peligros posibles (compras, virus, correos no deseados, pedofilia, tarificación telefónica adicional, etc.).
Por todo esto se debe saber que Internet es para los niños un nuevo mundo lleno de posibilidades y que también alberga algunos riesgos, que tanto ellos como los padres deben conocer.
Es coveniente también saber que el tiempo que pasa el niño frente al ordenador es tiempo perdido para el desarrollo de sus estudios formativos y de las destrezas y habilidades sociales.
Es necesario tener en cuenta la facilidad de acceso que tienen los niños a áreas que no son apropiadas ni convenientes, por ejemplo se accede con suma facilidad a información "en línea" que fomenta el odio, la violencia y la pornografía, entre otras. De igual manera se accede a anuncios clasificados intensivos que engañan y bombardean al niño con ideas nocivas.
A menudo reciben invitaciones para que se inscriban y ganar premios o se unan a un club que requiere para su acceso proveer información personal o del hogar a fuentes desconocidas, todo con fines posteriores peligrosos y fraudulentos.
Para ayudar a los niños a tener experiencias “en línea” seguras y educativas, los padres deben enseñar a los niños que hablarle a los “nombres de pantalla” en una “sala de conversación” es lo mismo que hablarle a desconocidos o a extraños. Igualmente se debe limitar el tiempo que pasan los hijos en Internet. Al niño hay que enseñarle a que nunca debe darle información personal que lo identifique a otra persona o “sitio” de Internet. No se le debe dar al niño bajo ningún pretexto el número de su tarjeta de crédito o cualquier otra contraseña que se pueda usar para comprar cosas en línea o para tener acceso a servicios o sitios que puedan ser inapropiados.
Reiteradamente es conveniente dejar claro al niño de que nunca se debe ir a conocer en persona a alguien a quien conoció por el ordenador por muy atrayente que parezca. Recordarle frecuentemente y con insistencia que no todo lo que ve o se lee “en línea” es necesariamente verdadero. Usar las modalidades de control que su servicio de conexión en línea ofrece a los padres, obtener uno de los programas comercialmente disponibles que permiten a los padres limitar el acceso a las salas de conversación (chats), los grupos de noticias y otros sitios no apropiados.
Los padres deben tener presente que las comunicaciones “en línea” no prepararán al niño para las relaciones interpersonales reales. Si inicialmente dedica tiempo para ayudar a su hijo a explorar los servicios de conexión y si participa periódicamente con él mientras usa Internet, tendrá la oportunidad de supervisar y encaminar el uso que hace su hijo del ordenador.
Todo esto es una travesía formativa obligatoria, a veces para los propios padres por responsabilidad, dándose la circunstancia anómala, a diferencia de otros aspectos de la vida, que en las nuevas tecnologías son los niños en la mayoría de los casos los que enseñan a sus mayores, ya que ellos están más familiarizados con éstas. Los padres no deben relajarse hasta poder controlar el problema, que lógicamente dura hasta que el niño aprende a utilizar Internet con garantías para ellos mismos y para sus padres.