Los últimos acontecimientos relacionados con la inmigración clandestina han merecido la clasificación de drama desde todos los foros tratados. El Ayuntamiento de Tarifa no ha sido indiferente a la situación y hoy mismo se ha desarrollado, en la misma plaza de Santa María, una concentración que ha denunciado estos trágicos acontecimientos.
El Alcalde de Tarifa ha dirigido un sentido discurso a todos los presentes. No sólo ha recordado los datos objetivos de esta semana: los desaparecidos en el primero de los naufragios y, después, el testimonio de un superviviente sobre la existencia de hasta cinco desaparecidos más. Por todo ello “no se puede permanecer en la indiferencia. La sociedad actual está anestesiada por las repetidas situaciones de estas características, pero no podemos permanecer impasibles ante lo que es una masacre”, así afirmó Juan Andrés Gil García con rotundidad.
Pero sus palabras y reflexión han sido más rotundas frente a los presentes, sobre todo cuando ha denunciado la existencia de mafias que operan en el Estrecho y se lucran con la desesperación de aquellos que quieren buscar una vida mejor. “Eso pese a que ya no existe el sueño europeo. Todos sabemos que el sueño europeo tiene que dejar de ser una motivación para la población del norte de África, hacia la que dirigimos también este mensaje. No vale la pena”, dijo el alcalde tarifeño.
En repetidas ocasiones se lanzó el grito “no vale la pena”, que Gil García pronunció invitando al resto de los asistentes a que hicieran lo propio.
Entre los asistentes estuvieron efectivos de la Guardia Civil y de otras organizaciones humanitarias que afrontan casi a diario el drama de la inmigración. El responsable en la zona de Cruz Roja, Israel Díaz Aragón, también estuvo presente, así como responsables de la naviera que opera en el puerto de Tarifa, a la que pertenecía el tripulante que perdió su vida intentando ayudar a los náufragos del pasado sábado. Precisamente, el primer edil tarifeño ha trasladado a ellos las condolencias para la familia del citado trabajador marroquí.