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Jueves 14/11/2024
 

Campo de Gibraltar

Un año más de cárcel por propinar cabezazos y morder a funcionarios en Algeciras

Estaba descontento con una medicación y agredió a los funcionarios que acudieron para reducirle. En un primer momento, la familia denunció que el agredido había sido él, que creía haber perdido un ojo y que le rompieron unas gafas

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Un preso de 41 años que cumplió condena en el centro penitenciario de Botafuegos ha sido condenado a otro año de prisión por propinar cabezazos y morder a dos funcionarios de prisiones del recinto algecireño.

Así queda reflejado en la sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de los de Algeciras, a la que ha tenido acceso este diario, y que declara como “hecho probado” que el acusado, A.M.M.S., “inició con ellos un forcejeo, en el curso del cual, guiado por el ánimo de menoscabar el principio de autoridad que éstos representaban, así como de atentar contra su integridad física, y adoptando una actitud cada vez más violenta y agresiva, agredió a dos de ellos -en referencia a los funcionarios- propinándoles un cabezazo en la cara”.

El juez detalla en la sentencia que uno de los funcionarios “sufrió contusiones consistentes en contusión nasal y herida en el labio superior que requirieron de una primera asistencia facultativa, siendo necesarios para su curación de 30 días durante los cuales estuvo impedido para sus ocupaciones habituales, sin secuelas”. Con respecto al otro funcionario, sufrió “lesiones consistentes en herida en la frente, mordedura en el brazo derecho y contusiones en el brazo izquierdo y parrilla costal izquierda, que requirieron de una primera asistencia facultativa, siendo necesarios 40 días de curación, durante los cuales estuvo impedido para sus ocupaciones habituales, sin secuelas”.

Conformidad
La sentencia llegó “por conformidad de las partes”, y la parte condenada renunció, en la vista oral, a recurrirla, por lo que es firme, y condena al reo al año de prisión antes mencionado, junto con una multa de cinco euros diarios con la responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas impagadas.

En cuanto a las indemnizaciones, se dictó una indemnización de 2.400 euros para el funcionario con las lesiones más importantes; y 1.800 para el otro, imponiéndole, igualmente, al acusado, las costas procesales.

Secuencia de hechos
Los hechos por los que se condena ahora al preso, que según las informaciones de este medio fue trasladado a otro penal de la provincia después de lo sucedido, tuvieron lugar el 23 de noviembre de 2012.

Tal y como queda acreditado en los hechos probados de la sentencia, el conflicto tuvo su origen cuando el reo se enfrentó, en el módulo ocho de la cárcel algecireña, con el personal sanitario que en ese momento se encontraba suministrando la medicación a los internos, “adoptando una actitud violenta y agresiva” e incluso “llegando a arrojar a dicho personal la medicación entregada”. Ante la actitud tomada por el preso, éste fue conducido por funcionarios de prisiones hasta el módulo de seguridad, donde comenzó un forcejeo y se produjo la referida agresión.

El sindicato CSIF denunció los hechos públicamente ese mismo mes de noviembre y criticó las condiciones en que deben trabajar los funcionarios.

Acusaciones iniciales

La madre del preso ahora condenado recurrió en su día a VIVA CAMPO DE GIBRALTAR para explicar la versión que su hijo tenía de lo ocurrido. En esta versión, explicaba que el ahora condenado denunciaba igualmente agresión hacia él, que creía haber perdido la visión de un ojo y que la acción de los funcionarios había dado a resultas la ruptura de unas gafas de titanio.
Con posterioridad, VIVA tuvo acceso a la transcripción de una grabación utilizada por el pleno de sindicatos de la prisión en un escrito a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ante la supuesta tentativa, según las formaciones sindicales, de emitir una denuncia falsa contra los funcionarios. En ella se reflejaba la siguiente frase hacia un familiar: “Vete a ese colega que tú sabes y que haga dos facturas”. Una “por un reloj de oro” y la otra por “unas gafas”.

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