La Junta de Tratamiento de la cárcel de Brians 1 ha concedido el tercer grado penitenciario al exalcalde de Santa Fe del Penedès (Barcelona) Marcel Surià, condenado a dos años y tres meses por firmar informes de residencia a inmigrantes ilegales y que ingresó en la penitenciaría el pasado 29 de febrero.Fuentes del Departamento de Justicia de la Generalitat han confirmado a Efe que el exalcalde saldrá hoy mismo de la prisión y no tendrá que regresar hasta después de Semana Santa, sólo para pernoctar en ella los días laborables, mientras que los fines de semana estará en libertad.
Marcel Surià tuvo que entrar finalmente el 29 de febrero en la prisión de Can Brians por tras habérsele denegado el indulto que había solicitado después de ser condenado en 2014 a dos años de prisión por "falsear" documentos oficiales y pagar una multa de 12 euros al día durante seis meses.
El tribunal también le inhabilitó durante dos años para ejercer cualquier cargo público.
Aunque Surià en teoría se libraba de la cárcel porque no tenía antecedentes penales y aceptó la pena pese a no estar de acuerdo, el el fiscal impugnó ante el Tribunal Supremo la pena por un cálculo erróneo y entonces se le impuso una condena de dos años y tres meses, que, al sobrepasar los dos años, sí que comportaba el ingreso en prisión.
Además, se dio la circunstancia de que como el exalcalde asumió la primera condena, no pudo interponer ningún recurso ordinario contra la sentencia.
Por este motivo, Marcel Surià inició una campaña el año pasado para pedir apoyo y solicitar su indulto, que el Ministerio de Justicia le denegó, por lo que el exalcalde afrontó la entrada en prisión "con serenidad y con muchas ganas de que acabe todo", declaró a los periodistas.
La sentencia del 2014 considera probada la existencia de una red de inmigración ilegal que facilitaba la entrada de inmigrantes marroquíes en España a cambio de dinero.
El jefe de la banda regentaba en 2007 un locutorio en Vilafranca del Penedès (Barcelona), a través del cual buscaba ciudadanos marroquíes que quisieran vivir en España, los introducía vía Algeciras, los trasladaba a Vilafranca, ellos pagaban importantes cantidades de dinero y los ponían en contacto con el alcalde de Santa Fe, que les legalizaba la situación.
