La historia de Lola, una perrita que fue encontrada hace unos tres meses en la autovía por una familia tras haber sido atropellada, está triunfando en las redes sociales. Allí, el voluntario de la perrera de Los Barrios Juan Jorge Fontiverio ha publicado el vídeo que ilustra esta noticia, mostrando su lenta pero firme recuperación.
La gerente de la clínica Las Flores, Sara Míguez, comentó a VIVA que se hizo cargo de la perrita después de que una familia, que tenía pensado acogerla, la encontrara en muy malas condiciones, con parálisis en sus patas y una posible lesión medular.
Míguez relató a este medio que, en primer momento, la familia que encontró a Lola recurrió a otra clínica veterinaria, donde les recomendaron el sacrificio del animal porque pensaban que no saldría adelante. Lejos de rendirse, los salvadores de la perra buscaron una segunda opinión, y la consiguieron.
Sara Míguez afrontó todos los gastos necesarios para recuper a Lola. Ahora cuenta, además, con una especie de andador para poder desplazarse mientras afianza su recuperación, y ya camina a sus anchas por toda la clínica, como se muestra en el vídeo. "Cuando me la trajeron y vi que la perrita no llegaba ni siquiera al año, me convencí de que podía y tenía que salvarla", afirma, al tiempo que comenta que "con rehabilitación y mediación", fue superando su estado inicial caquético y su anemia. El carrito para andar que utiliza ahora la perra lo consiguió gracias a la mediación de un cliente que tenía también un perro con parálisis.
"Fui testigo del día que llegó, hace ya unos meses, verla andar aunque sea en su sillita es un milagro, pero tengo que decir que no ha sido este el único caso que ha tratado en estas condiciones y muchas más historias que podría anotar, como veterinaria con vocación y sensibilizada con los animales", comenta por su parte Juan Jorge.
Ahora, para la perrita Sara se abre un nuevo horizonte lleno de esperanza, gracias a la solidaridad que aún conservan algunas personas y que contrasta con la irresponsabilidad de aquellos que abandonan animales domésticos a su suerte y permiten que sufran estos percances. Aún no están seguros de que la familia que la trajo pueda o decida finalmente hacerse cargo de ella, por lo que cabe la posibilidad de que alguien tenga que adoptarla próximamente.