“Parece mentira que en el siglo XXI ocurra este tipo de cosas. Este niño que venía con su madre, pequeño, inocente, ¿dónde va este niño? Pues dónde le lleva la madre. Las madres quieren lo mejor para sus hijos. Esa madre sufría fatigas en su nación. ¿Cómo lo pasó? Imagino a una mujer que se está ahogando, y está viendo que su niño se está ahogando también. Me pongo malo al pensar esas cosas”. Quien habla conoce de primera mano, por décadas de experiencia, qué es el drama de la inmigración. El padre Isidoro, conocido popularmente como el ‘Padre Patera’, ha dado cobijo durante años a aquellos que han sobrevivido al Estrecho de Gibraltar en busca de una vida digna.
‘Isidoro’, que lleva desde 1982 dejando su sello en Algeciras a través de la Cruz Blanca, abrirá en apenas dos semanas una nueva etapa en una vida entregada a la ayuda a los desfavorecidos tras ser llamado a un nuevo destino: Córdoba.
Un momento de transición este para echar la vista atrás y para comentar sucesos recientes como el del pequeño hallado recientemente en las costas de Barbate: “yo no soy nadie, pero pido a las naciones, no solo a España, sino a todas las Naciones Unidas que se acabe esta inmigración y que no rescate ninguna nación a ningún inmigrante, que acojan a los refugiados, que les den asilo político”.
Además, llamó la atención para que las continuas noticias e imágenes sobre llegadas de pateras no lleven a la indiferencia. “Son personas, no son números. A mí me dan mucho coraje cuando dicen “tantos...”: número, número, número...Personas, son personas como nosotros, y están ya que no pueden más, y vienen en busca de algo”, apostilló. Recordó así que fue entre el año 1999 y el 2000 cuando se dio la “masificación” de emigrantes “que vinieron”, “aunque nosotros siempre hemos tenido inmigrantes”.
“Lo de la inmigración fue una cosa que me metieron un penalty, pero bendito penalty”, contó con humor a este diario. “Las fuerzas de seguridad, la Policía, la Guardia Civil, no sabían, un día que vinieron cuatrocientas y pico de personas, entre ellas mujeres embarazadas y niños, dónde llevarlas”, dijo. “Para que no estuvieran en el cuartel antiguo, llamaron aquí y para mí era Cristo el que llamaba a la puerta. Entonces, recibí a las cinco primeras mujeres. Una estaba casi a punto de parir. Pero Dios quiso que naciera en el hospital, que llegaran aquí, y a la media hora me dijeran ‘papa, Jennifer, baby’. Yo no sabía inglés, pero Dios me ha arropado de personas, como la de un muchacho que era de Croacia y que me ayudó muchísimo”, rememoró. Es una historia rebosante de humanidad de las cientos que ‘Isidoro’ atesora. Como la de la visita de varias televisiones, en otra jornada de llegadas “masivas”.
Hubo periodistas que, tras hacer sus grabaciones, ayudaron en la limpieza de bebés a los que filmaron, e incluso se quedaron a buscar ropa para los inmigrantes alojados en la casa de acogida del ‘Padre Patera’.
Despedida
“Algeciras y todo el Campo de Gibraltar me ha ayudado muchísimo y pido perdón de corazón si en algo he escandalizado a alguien y no he podido responder a lo que me han dicho”, manifestó el religioso, que expresó su satisfacción por haber hecho “lo que Dios me ha puesto en las manos”. “Para ayudar a las personas solo hace falta tener cosas y ayudarles”, dijo. De la ciudad se lleva el cariño de sus gentes, mostrados en numerosos actos solidarios con la Cruz Blanca. De ellos recordó algunos como las actividades ofrecidas a los mayores en la feria de Algeciras por la veterana ‘Peña El Chumbo’. “Guardo muy buenos recuerdos”, destacó. Dice un hasta luego con un deseo: “lo único que pido es que recen por mí todas las personas que lean estas líneas, para que Dios me dé más fuerza, porque ya uno es un poco viejo”.