Los líderes de la Unión Europea (UE) acordaron hoy prorrogar el "brexit" hasta el próximo 31 de octubre con una revisión en junio.
"Los Veintisiete han acordado una extensión del artículo 50. Ahora me reuniré con la primera ministra Theresa May para el acuerdo del gobierno (británico)", escribió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en su cuenta de Twitter.
La primera ministra británica, Theresa May, ha aceptado este jueves el calendario impuesto por sus socios en la Unión Europea para retrasar el Brexit hasta el 31 de octubre, una prórroga cuatro meses más extensa que lo deseado por Londres. y sujeta a una serie de condiciones, incluida la celebración en Reino Unido de elecciones al Parlamento europeo el próximo mayo.
De este modo, Reino Unido dejará de ser Estado miembro un día antes de que tome posesión la nueva Comisión Europea, que el 1 de noviembre dará relevo al Ejecutivo que hoy preside Jean-Claude Juncker.
May ha acatado el calendario que los europeos han negociado durante cerca de cuatro horas a puerta cerrada, sin la presencia de la 'premier' británica, que antes se sometió a las preguntas del resto de líderes durante poco más de una hora.
La "premier" británica volvió a la sede del Consejo Europeo pasada la medianoche tras abandonar a media tarde la reunión para que los Veintisiete debatieran sobre la duración y condiciones de la prórroga al "brexit", una discusión que duró varias horas por las posturas opuestas de los diferentes países.
May había pedido una prórroga hasta el 30 de junio, mientras que Tusk apostaba por una más larga, como máximo de un año, que permita al Reino Unido salir de la UE tan pronto como esté listo para ello, lo que supondría que Londres tendría que convocar elecciones europeas.
Francia había sido el país más crítico con la posibilidad de conceder una prórroga larga al Reino Unido y alertaba, sobre todo, del peligro de que la permanencia de los británicos pusiera en riesgo el funcionamiento de las instituciones comunitarias.
De hecho, fuentes diplomáticas llegaron a asegurar antes del fin de la reunión que Francia se había quedado aislada y que la cumbre "ya no trata del Reino Unido", en referencia a la postura dura del presidente galo, Emmanuel Macron.
Frente a esa posición, Alemania apostaba con claridad por un retraso largo del "brexit", una línea en la que se situaban también países como Portugal u Holanda.