Los hermanos Duplass produjeron en 2016 una pequeña película, absolutamente deliciosa, en la que abordaban el reencuentro de una pareja tras casi dos décadas de separación. Se titulaba Blue Jay y contaba con el guion y la interpretación del menor de los Duplass, Mark. Rodada en blanco y negro y coprotagonizada por una inolvidable Sarah Paulson, la cámara seguía a lo largo de 24 horas la emocionada y emocionante conversación de dos antiguos novios, al tiempo que sobresalían las heridas y los secretos que el paso de los años no habían terminado por borrar.
Cinco años después, los Duplass han vuelto a producir una película, Language Lessons; que conserva ciertos paralelismos con Blue Jay, aunque, en este caso, no hay reencuentro, sino encuentro, y los vínculos que establece entre sus protagonistas no tienen como eje un amor inolvidable, pero sí la forma concreta y exacta de lo que puede significar la amistad. En este sentido, Mark Duplass vuelve a protagonizar la historia, coescrita en este caso con su coprotagonista, una más que convincente Natalia Morales, quien a su vez asume la dirección del filme.
Son, además, los únicos personajes, quienes a través de sus conversaciones semanales a través de Zoom nos van aportando detalles de sus vidas a medida que van forjando una confianza cada vez más estrecha. No hay más, y sin embargo tampoco necesita mucho más, pese a que la puesta en escena inicial pueda resultar cansina. Para evitarlo, Duplass y Morales apuestan por ir cambiando los escenarios de fondo de cada conexión y van incorporando a la narración mensajes autograbados que hacen de puente entre cada encuentro, así como incorporan determinados giros dramáticos de manera que la historia vaya evolucionando, muy en consonancia con el esquema narrativo ya presente en la citada Blue Jay.
Morales encarna a una profesora de castellano y Duplass al alumno con el que terminará conversando -en castellano e inglés- sobre cuestiones más personales que gramaticales, a medida que van descubriéndose el uno al otro y necesitando de ese espacio en el que han terminado por crear algo en común que va más allá del propio idioma. Sin la rotundidad emocional de su anterior filme, Language lessons sabe reivindicar igualmente su aparente simplicidad y abordar con naturalidad la dimensión de la amistad en la era de lo digital.