'Resort Paraíso', el segundo largometraje del director malagueño Enrique García, llega a 20 cines del país este viernes 6 de abril tras su paso por numerosos festivales de toda España, en los que ha cosechado selecciones y premios.
Este thriller, protagonizado por Rafa Castillo Moreno, Virginia DeMorata y Héctor Medina, trata sobre una pareja en crisis que se refugia en un hotel cerrado durante el invierno, mientras intentan recomponer sus vidas y pasar inadvertidos para los guardias de seguridad.
La película es pionera en España en el uso de la neurociencia durante su proceso de creación, una tecnología que permite medir las respuestas emocionales del espectador durante su visionado utilizando una serie de sensores.
En el caso de 'Resort Paraíso' la técnica de neuromárketing empleada ha mezclado un sistema alemán de análisis ocular --'eye traking'-- con un método norteamericano de respuesta emocional, que sustituye el tradicional casco por un minimalista arco que rodea la cabeza con 14 sensores.
Las mediciones arrojan resultados a nivel subconsciente que han servido a los productores para conocer de primera mano la respuesta emocional del público y poder actuar en consecuencia en el proceso de montaje y postproducción.
"Desde el punto de vista emocional hay dos películas en 'Resort Paraíso', ya que en la primera parte del filme los espectadores muestran una mayor atención a largo plazo, lo que responde a una implicación intelectual, mientras que en la segunda cambia a atención a corto plazo cuando se desata la acción", ha señalado a la vista de los resultados Habacuc Rodríguez, productor de la cinta.
Su director, Enrique García, confirma que esta reacción "responde a mi planteamiento de guion, con una tensión psicológica en el arranque y una segunda parte enloquecida que es una montaña rusa". Los resultados de las mediciones demuestran que, cada vez que aparece en pantalla el villano Saúl --al que da vida Héctor Medina--, hay una respuesta inmediata de alerta de los espectadores. "Como director, es emocionante ver que la gente reacciona a los resortes que querías activar", ha añadido Enrique García.
Gabriel Carrascosa, director de Fusión Comunicación & Estrategia, entidad autora del estudio, asegura que "ahora ya no se puede intelectualizar una respuesta a la hora de ver una película porque este sistema mide la atención y la emoción de los espectadores al recoger toda la información que se experimenta por debajo del umbral de la conciencia".
"Es la primera vez en España que se aplica a un largometraje este sistema de medición de respuesta neuronal", ha recordado. Además, los datos y porcentajes en fijaciones e impacto emocional "realmente apenas variaron".
"Destacó una carga emocional fuerte en la primera mitad de la película y una cierta caída de impacto en la segunda parte. La nota media conseguida de los diferentes parámetros apenas varió dos décimas", ha expuesto.
Además, en el 70 por ciento de las escenas de la película se consiguen fijaciones oculares --extracción de información-- con una duración un 23% por ciento por encima de la media de las alcanzadas en otros productos audiovisuales equivalentes. De forma que, "en nuestra opinión, con los datos en la mano, podemos hablar de una película de impacto notable", ha sostenido.
Así, ha explicado que aquí sólo se ha hecho con series de televisión y ha incidido en la utilidad de este procedimiento, al ofrecer datos "fiables de lo que siente el público fotograma a fotograma. De hecho, en Hollywood hace ya años que las productoras utilizan el neuromárketing para evaluar películas".
La película, segundo largometraje del malagueño Enrique García (321 días en Michigan) está producida por Puraenvidia Films, Elamedia, Séptimo de Caballería y Loasur.