Los tres acusados de la supuesta comisión de malos tratos y abusos sexuales a personas con discapacidad psíquica cometidos en la congregación de la Cruz Blanca en Córdoba han declarado este lunes ante el juez que los hechos "no son ciertos" y han negado "rotundamente" que los cometieran, durante la primera sesión del juicio a puerta cerrada y que se ha prolongado unas siete horas.
En declaraciones a los periodistas, el abogado del extrabajador procesado, Luis Roldán, ha manifestado que los tres se han declarado "inocentes", y en esta sesión las pruebas han sido "favorables", puesto que los propios empleados han declarado que el móvil de la denuncia es "la venganza", porque "había dos facciones", una pro hermano Manolo --el principal acusado-- y otra en contra.
Asimismo, ha prestado declaración una testigo protegido que tiene "interés manifiesto", según el letrado, quien apunta que la familia contra el hermano Manolo ha iniciado "una historia sin prueba ni fundamento", motivo por el que su cliente ha mostrado su "indignación e incredulidad" por estar acusado. Además, otro testigo ha realizado una declaración "absolutamente exculpatoria".
En cuanto a las palabras del hermano Manolo ante el juez, el abogado ha comentado que es "una persona volcada muchos años con la institución en Córdoba" y ha negado cualquier "gesto brusco" con los residentes, de modo que al procesado le han sorprendido "las acusaciones" de la denuncia que parte de "trabajadores con los que tuvo puntualmente algún problema porque les había recriminado", y ante ello "se había creado un grupo de enemigos dentro". Mientras, su cliente y el tercer acusado, otro franciscano, tenían "buena relación" con Manolo y por ende estaban posicionados en su parte, según relata el abogado.
En relación al testimonio de la testigo protegido, la abogada del tercer acusado ha señalado, en declaraciones a Europa Press, que la intervención no ha sido "nada clara", sino que todo lo que cuenta es "muy a medias" y "de referencias" de "muchas cosas" y que "le han contado".
Antes de que comenzara el juicio, que continúa este martes a cargo del Juzgado de lo Penal número 5 de Córdoba, aunque se celebra en la sala del Jurado de la Audiencia, un grupo de personas ha acudido al edificio para apoyar al hermano Manolo, a quien ven como "una persona maravillosa y muy trabajadora", que "ha luchado y pedido mucho", motivo por el que consideran que este juicio es "una injusticia muy grande" y no creen que "haya cometido los hechos", sino que "es una venganza de los propios trabajadores, incluso un ataque contra la iglesia", ha comentado una de las mujeres del grupo.
LOS HECHOS
En concreto, la Fiscalía Provincial solicita para el hermano Manolo, que dirigió la residencia hasta 2010, una pena de 20 años y seis meses de cárcel por la supuesta comisión de diez delitos de maltrato y tres de abusos sexuales; al tiempo que también acusa de abusos sexuales a otro franciscano y un excuidador nocturno, que se enfrentan a tres y seis años de prisión, respectivamente.
Al respecto, el Ministerio Público sostiene que el hermano Manolo, entre los años 2007 y 2010, "ha venido utilizando de un rigor innecesario a la hora de corregir las distintas conductas de los residentes" y, "de hecho, ha venido agrediendo de forma habitual" a los mismos. En este punto, el fiscal relata supuestos guantazos, tirones de pelo y diversos golpes.
Igualmente, describe en su escrito supuestos tocamientos en las partes íntimas de algunos residentes y apunta que "a todas sus víctimas les decía que tales hechos eran un juego y les aleccionaba de que si decían algo los echaría del centro".
Cabe destacar que la causa se abrió en 2009 tras una denuncia anónima ante la Policía Nacional y la propia Fiscalía. Entre las declaraciones que se tomaron, la Policía interrogó a la madre de la presunta víctima, así como al propio padre Manolo al ser el responsable de la orden en Córdoba, quien rehusó hacer más comentarios sobre este asunto.
El juzgado de lo Penal 3 de Córdoba ya condenó en junio de 2010 a cinco años de cárcel a un voluntario y aspirante a entrar en la congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca en Córdoba por cometer tres delitos de abusos sexuales sobre un interno que padecía un 86 por ciento de minusvalía. El condenado, A.C.U.P., aceptó el acuerdo alcanzado entre la Fiscalía, la defensa y la acusación particular y evitó así la celebración del juicio.