El Juzgado de lo Penal número 1 de Córdoba ha dictado una sentencia por la que condena a tres años y seis meses de prisión a un hombre, acusado de un delito de robo con violencia o intimidación en un banco de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera, donde entró disfrazado y armado con un cuchillo y supuestamente se llevó más de 7.000 euros.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes judiciales, después de que el Ministerio Público solicitaba en su calificación inicial de los hechos un total de cinco años de prisión para el procesado, quien ya ha sido condenado en 13 causas penales entre los años 1987 y 2010.
En concreto, según detalla dicho escrito de acusación del fiscal, el procesado se trasladó en mayo de 2011 al municipio de Aguilar con el fin de "obtener un beneficio ilícito" con los fondos depositados en la oficina de una entidad financiera, al tiempo que había "previamente enmascarado las placas de matrícula delantera y trasera del automóvil", para "dificultar su lectura".
Tras ello, accedió al interior de la oficina con su rostro "completamente cubierto por un pañuelo, una gorra y unas gafas de sol", de manera que imposibilitaba su reconocimiento facial, y también llevaba un cuchillo de cocina con hoja puntiaguda, "de considerables dimensiones".
De este modo, se dirigió hacia el interventor que atendía a un cliente y supuestamente le amenazó para que le entregara el dinero depositado en la sucursal. Si bien, el empleado le respondió que él no era quien se ocupaba de manejar el dinero, y se dirigió entonces al cajero, quien en aquellos momentos atendía a un cliente, que "fue bruscamente apartado del mostrador por el acusado".
Posteriormente, agrega el fiscal, "blandiendo el cuchillo", conminó al cajero a que depositara todo el dinero existente en la sucursal en una bolsa de plástico que colocó ante él, logrando de este modo que el cajero le hiciera entrega de una suma ascendente a 7.355 euros, que fueron recogidos por el procesado en la bolsa y seguidamente abandonó la oficina bancaria para huir en el vehículo estacionado en las proximidades.
En el momento en que el automóvil iniciaba su marcha, el interventor de la sucursal, que salió de la oficina en pos del acusado, arrojó contra el turismo unas tijeras metálicas que hicieron impacto en la puerta trasera izquierda y causaron una hendidura en la chapa de la misma, según relata el fiscal en el escrito inicial, al tiempo que apunta que de toda la suma que se llevó solo se han recuperado 450 euros.