Desde la sierra hasta el mar" de Huelva ha traído el guitarrista Juan Carlos Romero once arias de clásicos como Bach, Shubert y Verdi hasta el Teatro Góngora de Córdoba, donde esta noche ha estrenado un espectáculo orquestal con compás flamenco y "acento andaluz".
Así ha explicado el artista su nuevo proyecto, "Al borde del Aria", ante un sorprendido público que ha disfrutado de una sesión a caballo entre la música clásica y el flamenco, donde la Habanera de Carmen de Georges Bizet ha sonado a sur, a flamenco a Andalucía.
"Yo soy y me siento flamenco", ha explicado Romero, que irrumpía en las tablas rompiendo la sobriedad del negro de los músicos que le acompañaban con una impoluta chaqueta blanca, flamenca también, y que ha contado que desde siempre ha vivido la música clásica como espectador, admirando y contemplando a los "tesoros" de la historia de la música.
Pero experimentando con las seis cuerdas, se dio cuenta de que el flamenco es un "lenguaje universal" que comparte código con la música clásica y con tomando prestada la armonía del arte de las bulerías, las alegrías y los fandangos, ha versionado once arias conocidas con cajón, guitarra flamenca, la suya, y un cuarteto de cuerda, teclados.
Y el escenario elegido para este experimento musical no podía ser otro que 38 Festival de la Guitarra de Córdoba, donde todo es posible, donde el flamenco cobra vida a través de la aria en Re de Johann Sebastian Bach con rasgueos de la guitarra de Romero y el compás marcado de sus pies sobre las tablas.
"O mio bambbino caro" de Giacomo Puccini y "Nuit dŽetoiles" de Claude Debussy o el sabor del mar, de la sal y la luz de una habanera, la de George Bizet al compás de la guitarra, ha trasladado al auditorio a un escenario onírico que no es ni un tablao flamenco ni un fastuoso coliseo propio de los grandes conciertos de música clásica.
Con sencillez, acento onubense y movimientos elegantes, el repertorio interpretado por la orquesta que ha acompañado a Romero en el escenario ha oscilado entre momentos de quietud y calma hasta la cima vocal de las intérpretes Rocío Márquez y Sandra Carrasco, cantaoras flamencas que hoy se han dejado llevar por el misticismo del "Ave María" de Franz Schubert para modular el cante jondo hasta sonar celestial.
Con el protagonismo central de la guitarra de Romero en todo momento, los violines de Cristina Lorenzo y Laura Pérez junto a la viola de Verónica Micó y el violonchelo de Sergio Garrido, han creado una interpretación genuina al compás de los diferentes instrumentos de percusión de Agustín Diassera, el bajo de Manolo Nieto y el piano y el teclado del arreglista de este artificio, Jesús Bola.
Un espectáculo que ha explorado "Sarabanda" de Georhe Händel, pasando por "Berceuse" de Gabriel Fauré hasta llegar a "La donna è mobile" de Giuseppe Verdi con la que la orquesta, los instrumentos desde las cuerdas hasta el bajo, se han arrancado por bulerías.
Han sido unos fandangos de Huelva los que han marcado el compás del fin de fiesta con todo el sentimiento que trasmite el flamenco, pero con templanza, pausado y con la seguridad de siglos de música, creada en Italia o Alemania, interpretada en los cinco continentes pero esta vez, aderezada con la sal de las marismas onubenses.
"Al aborde del aria" es un ambicioso trabajo, no exento de un cierto vértigo, donde confluyen lo culto y lo popular, conduciendo a la música clásica hasta el folclore más andaluz.
Es el flamenco más universal, donde Romero, que en todo momento ha sido respetuoso con la creación original, después de una seria labor de estudio e investigación, ha deslumbrado con unas sorprendentes y originales adaptaciones en las que el acento andaluz y flamenco ofrece a estas músicas una expresividad inusitada cargada de sentimentalidad.