La pandemia ha sido un mazazo para el turismo MICE. La ciudad de Córdoba venía acogiendo antes de la irrupción del coronavirus en torno a una veintena de eventos congresuales al año. Una cifra prácticamente anecdótica y que en cierta manera indica para los empresarios del sector que algo se está haciendo mal.
En este periodo de crisis, no obstante, se acelera la culminación de importantes infraestructuras como el Palacio de Congresos de la calle Torrijos, cuyas obras podrían acabar en los primeros meses del año que viene; o el Centro de Convenciones, Ferias y Exposiciones del Parque Joyero, donde los trabajos avanzan a toda máquina. Una vez que la ciudad andaluza cuente con estos recursos, el panorama debe cambiar exponencialmente. Vicente Serrano, presidente de la Asociación de Organizadores de Congresos de Córdoba, sostiene que si se hacen las tareas adecuadamente, "podemos multiplicar por tres el número de congresos y llegar a sesenta al año".
El sector cerrará el segundo semestre de este año precisamente con unos 20 congresos, la cifra tope alcanzada antes de la pandemia. Sin embargo, 2022 debe ser un año cargado de objetivos para Córdoba si quiere posicionarse realmente como ciudad de congresos. En este sentido, Serrano dice que "a los políticos se les llena la boca de decir por activa y por pasiva que Córdoba es una ciudad de congresos cuando ahora no lo es". Para eso, dice, falta creérselo y hacer ese trabajo de promoción y captación del turismo de negocios. Para eso, retos como la puesta en marcha de un Convention Bureau activo que propicie la promoción de la ciudad y la captación de eventos para Córdoba es indispensable y fundamental para conseguir todos los logros que nos propongamos.
Y es que Córdoba atesora un gran potencial que debe creerse para aspirar con más fuerza a todo lo que se proponga en relación al turismo de congresos y negocios.
