El alero del Fuenlabrada Gladyr otorgó un importante triunfo a su equipo en un final muy igualado en el que se notó la ausencia de Nacho Martín en el cuadro local y que se decantó del lado visitante merced a la seguridad de Feldeine -31 puntos-.
Los madrileños salieron dispuestos a darlo todo para conseguir la victoria y no sólo plantearon de inicio una seria defensa, sino que además supieron hacer valer su efectividad desde la línea exterior -anotaron hasta seis triples en el primer cuarto-, lo que les aportó confianza.
Con ambas iniciaron su despegue en el marcador, que se había mantenido equilibrado en los primeros compases del encuentro, debido a la gran igualdad entre los dos equipos en su capacidad de anotación, aunque los fuenlabreños no perdonaron ni un triple, para llegar con una ventaja de ocho puntos (23-31) en el primer cuarto.
Comenzaron una serie de imprecisiones por parte de los locales, que supieron aprovechar los de Trifón Poch para seguir incrementando la renta hasta los 14 puntos (23-37) en el minuto 13, merced a la efectividad en los lanzamientos y el buen hacer defensivo, que bloqueó el juego de los vallisoletanos.
El técnico del Blancos de Rueda, Roberto González, se vio obligado a pedir un tiempo muerto para intentar frenar la sangría que había provocado el Fuenlabrada, con un parcial de 0-11 en el segundo cuarto, que elevó el tanteo a 23-42, con los vallisoletanos vagando por la pista sin ningún referente claro.
Pero de poco sirvió la arenga, ya que los fuenlabreños mantuvieron su nivel de acierto de cara al aro y dejaron sin ideas al cuadro local, que llegó al descanso con sólo once puntos en su casillero, con lo que las diferencias se mantuvieron (34-53).
Tras la reanudación, los vallisoletanos mejoraron sus prestaciones defensivas y, aunque anotaron su primer triple en el minuto 29, lo que deja constancia de la falta de tino de los locales, ese despertar de Grimau desde la línea exterior abrió la caja de pandora del Blancos de Rueda, que siguió recortando la renta visitante para dejarla en ocho puntos (57-65).
Feldeine, principal baluarte del cuadro madrileño, frenó la remontada morada con un nuevo triple, al que se añadió otro de Valters, para dejar el electrónico en 58-73, a falta de 7 minutos. Pero entonces surgió con fuerza la figura de Nacho Martín que, con una gran recta final que incluyó tres triples consecutivos, apretó el marcador hasta el 87-88.
En un final agónico, ambos equipos se repartieron los fallos y los aciertos, con lo que se llegó a la prórroga (92-92). En ésta, los madrileños se mostraron más seguros -el Blancos de Rueda falló hasta cuatro tiros libres- y Gladyr anotó la canasta de la victoria sobre la bocina (102-104), que refrenda la mejoría del Fuenlabrada.