Tres partidos oficiales ha ganado el Sevilla lejos del Pizjuán en lo que marcha de temporada, y dos de ellos fueron en la Copa del Rey, por lo que ya para poco valen. Por lo tanto, los nervionenses sólo cuentan con un triunfo a domicilio en el campeonato liguero, el de Riazor, allá en el mes de septiembre. Una cifra ínfima que los de Emery están obligados a mejorar si quieren colarse en Europa la próxima temporada.
Y para ello no podría presentarse un mejor escenario que el del Iberostar Estadio, feudo de un Mallorca que no sabe lo que es ganarle al Sevilla en lo que marcha de siglo.
En territorio balear, bermellones y sevillistas se han enfrentando en la Liga hasta en 27 ocasiones. Impera la igualdad máxima, puesto que siete victorias se quedaron en Mallorca, seis viajaron a la capital andaluza y dieciséis fueron las igualadas entre ambos conjuntos.
Pero el devenir del actual siglo XXI ha comenzado a desequilibrar la balanza a favor de los de Nervión. Hasta tal punto que jugar allí es señal inequívoca de puntuar. Once son las veces que en el campeonato liguero los dos equipos se cruzaron en las Islas Baleares, de las cuales los hispalenses otuvieron cinco victorias y seis empates, o lo que es lo mismo, 21 puntos de 33 disputados.
Un duelo especial
Hasta tres ex sevillistas y uno que aún lo es, Luna, pero que no podrá jugar por contrato, se enfrentan mañana al Sevilla. Un partido especial para Martí, Alfaro y Manzano.
Aún escuece la Liga que allí se esfumó
Aquel 9 de junio de 2007 aún sigue muy vivo en la mente del sevillismo. Ese día el Sevilla perdió la ocasión única de levantar su segundo título liguero, pero el infortunio en 15 minutos memorables, precisamente cuando Drago fue expulsado y los de Nervión se quedaron con diez, y el empecinamiento del ‘malo’ de Iturralde González, que no pitó dos claros penaltis, dejó a la parroquia sevillista sin premio.