El Barcelona tuvo que poner muy poco de su parte para ahondar todavía más en la profunda crisis del Real Zaragoza y llevarse la victoria de una Romareda convertida esta temporada en uno de los campos más fáciles para los visitantes y dar un nuevo paso para confirmar lo antes posible un nuevo título liguero y centrar su pensamiento en la Liga de Campeones.
El conjunto aragonés comenzó el encuentro sabiendo que en esta jornada, definitivamente, sus rivales en la lucha por la permanencia no le iban a ofrecer más tregua ya que desde doce horas antes estaba en la zona roja de la tabla tras la cuarta victoria consecutiva del Deportivo.
Desde el inicio el único guión del partido fue el que planteó en cada circunstancia el conjunto azulgrana ante un adversario que parecía portar plomo en sus piernas y se mostraba incapaz de hilvanar alguna acción de cierto peligro hacia la portería de Víctor Valdés.
Con un césped demasiado seco y que hacía algunos días que demandaba agua, el balón con sus frenazos sorprendía en los primeros instantes al equipo que más lo quería, el azulgrana ya que los maños habían presentado su expresa renuncia a él, y que tardó unos diez minutos en tomarle las distancias y las medidas para empezar a moverlo con soltura.
No obstante antes de cumplirse los primeros sesenta segundos de juego, Cristian Tello, que circuló por una banda izquierda a su libre albedrío, ya envió desde el borde del área un disparo envenenado sobre la portería de un Roberto que vio como se iba fuera por poco.
El conjunto de Manolo Jiménez parecía buscar más el sorprender al líder de la liga española en algún fallo ajeno que por su buen hacer sobre el terreno de juego. Las ideas, una vez más, escaseaban en un equipo que desde doce horas antes se veía por primera vez en la temporada en puestos de descenso.
De un córner sobre la portería de Víctor Valdés salió un contraataque desde su propio campo de Thiago al que intentó frenar infructuosamente Álvaro y con una sutil combinación con Alexis Sánchez batió a Roberto. Al defensa cántabro tal vez le pesó en su subconsciente el estar a una tarjeta de la suspensión y pensando que en las dos próximas jornadas los rivales que le esperan a su equipo son el Celta y el Mallorca para evitar el descenso, pero en los últimos instantes terminó viéndola en una pugna inocente con Alexis.
La lógica de lo que estaba aconteciendo en el césped se reflejaba en el marcador, en el que lo único que se podía esperar era que los azulgranas se fuesen al descanso con un marcador todavía más amplio a su favor.
El segundo gol para los hombres de Tito Vilanova llegó en una excelente combinación por la izquierda de Thiago que culminó a placer Tello. Todavía pudo ser más grave para los zaragocistas su inoperancia defensiva dos minutos después en un remate de Alexis que sacó con el pie Roberto ya desequilibrado.
Manolo Jiménez intentó darle más vitalidad al juego de su equipo con la entrada de Antonio Galdeano 'Apoño' y con el delantero del filial Jorge Ortí. Lejos de revitalizar a sus huestes, los barcelonistas dejaron claras sus intenciones de apuntalar todavía más su victoria para intentar vivir lo más tranquilos posible los segundos 45 minutos.
En el primer minuto Alexis ya estrelló una vaselina en el larguero de la portería zaragocista y a los ocho minutos Tello en una nueva cabalgada por la banda izquierda desbordó con una pasmosa facilidad a Glenn Loovens para anotar el tercer gol.
Los zaragocistas seguían deambulando por el terreno de juego con mínima convicción en sus posibilidades frente a un rival cada vez más contemplativo en sus acciones que mantenía sus continuas combinaciones sin fin.
Más de una hora tardaron los maños en poner a prueba que los azulgranas también tenían en su alineación a un portero con un disparo potente, pero inocente en demasía, de Montañés desde el borde del área, que a cinco minutos del final volvió a acercarse con peligro a la portería azulgrana.