Triunfo valiosísimo del Betis frente al Celta de Vigo. Rubén Castro anotó el tanto de la victoria verdiblanca. La clasificación europea ya está a la vuelta de la esquina.
Once inicial, el previsto a lo largo de la semana por parte de Pepe Mel. La inclusión de Nosa, la esperada previa de su operación la próxima semana. El Celta, con muchas bajas, presentaba un equipo de entreguerras para afrontar un partido dramático.
Con el calor por bandera (a buenas horas los horarios han beneficiado al cuadro bético pensaba algún aficionado antes del inicio del choque) y tras el emotivo minuto de silencio recordando al fallecido Ramón Blanco, arrancaba el duelo de la ilusión frente a la necesidad.
Primeros minutos con claro dominador local frente a un rival timorato, atenazado por la situación clasificatoria. vendaval de los helipolitanos en ataque que en sólo diez minutos fue capaz de mandar la pelota al fondo de las mallas.
Teixeira Vitienes a instancias de su linier anularía ambos tantos de manera rigurosa aunque sí parece que en sendos casos el colegiado cántabro estuvo acertado.
A pesar de la clara inferioridad visitante, el marcador no reflejaba la superioridad bética; tesistura que aprovechaba el Celta para asomarse al área de Adrián aunque sin demasiado peligro.
El paso de los minutos, aumentaba las posibilidades de los de Abel Resino que a punto estuvo de dar la sorpresa si Iago Aspas llega a acertar ante Adrián en su disparo cruzado que el guardameta sevillano nuevamente, un partido más, salvaba a su equipo.
Juan Carlos en el minuto 38 en otro mano a mano con Javi Varas después de un certero pase de Nosa (el mejor junto a Rubén Castro), pudo hacer el primero si no fuera por la salida del exsevillista, decisivo. Sin goles al descanso.
La segunda parte se ponía en movimiento con el luminoso señalando el resultado inicial y la sensación de bochorno bajando sensiblemente en el ambiente.
Resentido de su lesión, Nosa se retiraba del terreno de juego en detrimento de Salva Sevilla en el minuto 55 de partido. Aplausos de la parroquia de Heliópolis ante en el buen hacer del nigeriano. Abel daba entrada a De Lucas en sustitución de Orellana. Juan Carlos por otro lado también abandonaba el césped por Álvaro Vadillo. Recién salido, Salva tuvo su ocasión desde media distancia que Varas atraparía en dos tiempos. Paralelamente, los pitos para Beñat empezaban a aparecer. El bajo rendimiento del vasco desesperaba a la afición citada en Heliópolis.
Pero surgió como acostumbra a ser habitual. En un partido muerto, un centro de Chica al área pequeña era rematado por Rubén Castro que, en el 67’ sin dejarla caer, enganchaba un tiro contra el que Varas, pese a tocarla, no impedía el tanto del canario que se volvía loco ante el delirio del Villamarín.
Cuatro minutos después, Castro pudo sentenciar en una clarísima doble ocasión que primero el meta celtiña y luego el poste lo evitaron. Adrián dos minutos más tarde se empleaba a fondo con una difícil intervención a lanzamiento de Oubiña.
Hasta el final, Pabón pudo sentenciar y el empate del Celta, que llegó por medio de Túñez, fue anulado de forma injusta por fuera de juego.
Triunfo final bético con una pobre imagen. El sueño europeo, cada vez más cerca.