Pocos protagonistas en el mundo del fútbol suelen hablar tan claro como Hristo Vidakovic. El serbio, exjugador en la década de los 90 del Betis y más tarde en 2011 hasta su destitución en 2012, técnico del filial verdiblanco; pasó por el plató de Ondaluz Sevilla para analizar toda la actualidad bética y de camino, rendir cuentas y criticar sin pelos en la lengua, a algunos miembros que, bien aún en el cargo o ya fuera del club de Heliópolis, en su opinión, no han actuado bien durante su estancia en la entidad.
El mayor reproche por parte del exfutbolista del equipo de las trece barras se lo llevó como no podía ser de otra manera, el exsecretario técnico, Vlada Stosic, a quien directamente acusó de haber sido deshonesto con su persona: “Un club que no tiene dirección deportiva es muy difícil que funcione bien y eso al Betis lo ha condenado”.
Preguntado por su salida de la entidad heliopolitana, Vidakovic se mostraba rotundo en su respuesta: “Ellos me contrataron y cuando me despidieron, me mintieron en todos los sentidos. Me contaron una historia y luego oficialmente dijeron otra. Conmigo no fueron francos, directos y sinceros”, manifestó.
La reprobación no se centró únicamente en la labor de su compatriota. También cargó las tintas contra el otrora entrenador del Betis, Pepe Mel: “Cuando el equipo perdía la culpa era de Stosic y cuando ganaba era de Mel. Los béticos se dejan llevar por las emociones y los que vienen de fuera suelen utilizar esos sentimientos para poder ganarse a la gente y creerse todo lo que digas. Desde que entré, siempre intentó desplazarme. En el asunto de Vadillo, todos sus amigos, los medios y la prensa que él manejaba, salieron a criticarme en todos los periódicos. No tengo nada en contra de él pero conmigo no fue correcto”.
Por último, Vidakovic lanzó en suma sus ‘dardos’ hacia el consejo de administración y en concreto, sobre la figura del actual presidente, Miguel Guillén, acerca del nulo trato que tenía para con la cantera verdiblanca: “A lo largo del año y medio en el que yo dirigí al filial, no tuvimos ningún apoyo institucional. Un dato significativo es que el presidente no pisó nunca el vestuario del Betis B. Lo pedimos muchas veces incluso por escrito. Después, cuando salí, aparecieron todos”, concluía.