Campanada en Nervión. El Sevilla doblegó al todopoderoso Madrid que casi lo deja sin Liga tras toda una lección defensiva del ya histórico Unai Emery.
Con el once de gala recibieron a los blancos. Exceptuando la baja de última hora de Diogo y la incorporación de Iborra, mismo once con el que el conjunto de Unai Emery consiguió la gesta en el Benito Villamarín. Por parte madridista, Sergio Ramos finalmente tuvo que ver el encuentro desde la grada tras no recibir la cautelar por parte del TAD.
Eso sí, finalmente José Castro claudicó ante Biris Norte y les permitió que mostraran el tifo que venían preparando desde la ida del Euroderbi. Tras el anuncio de Biris de no animar por tal rechazo, la directiva nervionense posibilitó el despliegue de dicho tifo para no generar un ambiente crispado en una noche cuanto menos especial.
Empezó bien el Sevilla, que tuvo además la primera clara del partido. En el primer minuto, falta de pizarra lanzada por Rakitic que a punto estuvo Bacca de rematar al fondo de las mallas de Diego López. Eso sí, respondía rápido el equipo de Ancelotti que la tuvo en el dos en las botas de Bale tras un garrafal error de M’Bia. Por fortuna, el chut del galés se marchó alto. Porco después llegaría la primera intervención de Beto en el partido. Pase a la espalda de la defensa de Modric a Benzema pero el francés no acertó en el mano a mano.
Paradón del luso en el diez. El Madrid se hizo rapidamente dueño y señor del choque. Muy frágil atrás y de nuevo Benzema estuvo muy cerca de aprovecharse de ello, pero Beto respondió de manera notable a bocajarro. Aunque sólo tres minutos después poco pudo hacer en el lanzamiento de falta de Ronaldo que dio en la mano de Bacca antes de colarse para poner el primero en el luminoso.
Pero poco les duró la alegría. En el 18, contra sensacional del Sevilla en la que Reyes asiste a Bacca, al killer nervionense, que no perdonó ante Diego López para poner la igualada. El pundonor hizo el empate ante el Madrid.
Y mereció el segundo en el 24 en un jugadón entre Marin, Bacca y Reyes en el que el utrerano no atinó ante el exmeta sevillista. Mejor el Sevilla antes de la primera media hora. Entonces el duelo entró en un estado de shock en el que ni uno ni otro quería problemas. Aún así, Ronaldo lo intentó cerca del descanso desde la frontal pero Beto seguía espléndido repeliendo todo lo que le llegaba. Gran primera mitad del meta portugués con tres intervenciones de mérito, la última a Bale en el 42. Hasta el palo se alió con los de Nervión cuando Ronaldo voleó el cuero ante la salida de Beto. El punto comenzaba a saber a gloria visto lo visto. Así se llegaría al tiempo de descanso.
Salió el Sevilla de vestuarios con una clara declaración de intenciones. El equipo de Emery se estiró sobre el terreno de juego en busca del segundo que lo rozó en el primer minuto de la reanudación con un lanzamiento desde fuera del área de Bacca.
Mejor el Sevilla en el arranque del segundo periodo, que comenzaba a insistir sobre el área madridista aunque sin excesiva claridad. Lo mejor hasta ese momento era que el Madrid pasaba inadvertido en el ataque gracias principalmente a una zaga que se fue fortaleciendo con el paso de los minutos. Extraordinario Federico Fazio.
El Madrid tenía el cuero y el peligro aunque era incapaz de romper la muralla rojiblanca. Sobresaliente ejercicio defensivo. Y para más inri, vibró Nervión en el 72. Nuevamente, como mejor sabe atacar, a la contra llegó el segundo y la remontada de los de Emery. Esta vez, Rakitic puso de gol a Bacca y el colombiano, intratable, sólo entiende de goles e hizo su decimocuarto tanto liguero. Saltaba la sorpresa en el Pizjuán.
Contro, control y más control. Parecía improbable que se le escapara la victoria a un Sevilla con mucha casta y coraje. No obstante, el Madrid se jugaba la Liga y la vida y lo iba a seguir intentando de todas las maneras posibles hasta el pitido final.
Pero este Sevilla se ha forjado en hierro y atrás es inexpugnable. La defensa gana partidos, hasta al mismísimo Madrid. ¿Y la Champions? Porque no, son sólo seis puntos y ahora sí es una realidad.