El Valencia encarriló la victoria ante el Espanyol en el Power8 Stadium con el 0-2 tras una falta directa, que rebotó en el portero Pau López, aunque no evitó los nervios y el sufrimiento después de que Sergio García acercara a los locales en el minuto 89 (1-2).
Los de Nuno se resarcieron de su derrota ante el Málaga y se tomaron la revancha de la eliminación en octavos de la Copa. El planteamiento del portugués fue más prudente esta vez. Los catalanes, por su parte, no brillaron como lo hicieron durante el pasado mes de enero. Eso sí, al final recuperaron la garra y las opciones de empatar.
Ya en primera parte quedó claro que el Espanyol no ofrecía su mejor versión. Los de Sergio González habían perdido la concentración e intensidad habitual para ceder el control del partido al Valencia.
Poco a poco la amenaza de Nuno fue tomando forma. Primero, un saque de puerta acabó en las botas de Paco Alcácer, aunque Álvaro borró el peligro. Poco después, en el minuto 18, un disparo raso de Rodrigo se estrelló en el poste izquierdo. Eran los mejores momentos del Valencia, muy cómodo sobre el césped.
De todos modos, los visitantes exhibieron su pegada con la mejor ocasión del partido. En el 27, Felipe Caicedo burló a tres contrarios y, pese a levantar al estadio con su acción, falló el uno contra uno ante Diego Alves. El portero estiró la mano derecha y evitó una diana cantada.
La cara del anfitrión mejoró en los compases finales del primer tiempo, aunque sin éxito. El choque estaba en tablas, con idas y venidas y mucha tensión en las jugadas a balón parado. El Valencia se vio obligado a sacar más pólvora en la reanudación. Alcácer se fue lesionado y entró Negredo en el minuto 51.
Las revoluciones aumentaron en ese tramo del choque por parte de ambos conjuntos. Finalmente, fue el bloque 'ché' el que aprovechó la situación. En el 62, Piatti firmó el 0-1. El argentino rozó con la punta de una bota un centro muy escorado de Gayà, que se adueñó del balón tras varias imprecisiones.
Con el tanto en contra, aumentaron los riesgos y los espacios por parte blanquiazul. No era el mejor día para los catalanes. El Valencia, por su parte, no se conformaba con esta ventaja e intentaba aprovechar el desconcierto y las urgencias de los locales, que cada vez miraban con más preocupación el cronómetro.
A medida que se acercaba el pitido final, el Valencia se asentó en su campo y el Espanyol lanzó todos su recursos contra Alves. Stuani tuvo el empate tras una triangulación con Lucas Vázquez y Sergio García, pero Gayá, bajo palos, lo evitó. Fue la penúltima acción de este acoso a la que pudieron agarrarse los locales.
Parejo, en el minuto 85, sentenció el choque de falta directa. Pau López se estiró con criterio, aunque con mala fortuna. Su rechazo fue al poste, rebotó de nuevo contra el meta y acabó dentro.
El 0-2 encarrilaba el encuentro a favor del Valencia, sin apenas margen para la reacción del Espanyol.
De todos modos, faltaba el tanto de Sergio García, en el 89. El capitán le robó la posesión a Mustafi y asestó un latigazo que dio alas a los catalanes en los cuatro minutos de tiempo añadido. Hubo nervios y hasta tres amarillas, pero el marcador ya no se movió en Cornellá-El Prat.