No fueron tres puntos sencillos los que logró llevarse de Valencia el Sevilla a domicilio contra un Levante que pareció fulminado en la primera mitad, pero que en la segunda a punto estuvo de dar un buen susto.

Alineación con varios cambios respecto al del encuentro del pasado sábado en el Sánchez Pizjuán frente al Athletic de Bilbao, donde Reyes y Gameiro se hicieron con la camiseta titular y se erigieron como las estrellas de una primera hora sevillista primorosa.


Mismo plan que contra los vascos. Seguridad defensiva y letales con velocidad ofensivamente se han convertido en la receta perfecta por obra y gracia de Unai Emery.


Así es como después de un par de intentos, Kevin Gameiro tan sólo necesitó diez minutos para adelantar al Sevilla como colofón de una gran jugada de tiralíneas del conjunto hispalense. Maravilloso el centro al hueco de la zaga del Levante por parte de Reyes que el delantero francés resuelve ajustando su disparo, que pegaba en el poste de la meta defendida por Mariño para finalmente introducirse en las mallas granotas.

No obstante, lejos de tirarse atrás y mantener el resultado cosechado hasta ese momento, los rojiblancos, cerrando cualquier posibilidad de ataque rival, volvieron a golpear en el estadio Ciudad de Valencia con otra combinación colectiva de manual.

Así es como la presión visitante y los nervios locales hicieron que el segundo llegara pasada ya la media hora de la primera mitad. Buena apertura de Vitolo para Gameiro que desde la izquierda pone el esférico para que en esta ocasión sea Reyes, cambiándose los papeles, el futbolista que anotase un tanto vital.

Ventaja de dos goles al descanso para un Sevilla que sin dejar pestañear a su adversario, se imponía con facilidad.

Pero todo cambio en la segunda parte, pues la imagen del Levante volteó de manera radical obligado también por el resultado en el luminoso y se tiró con todo hacia delante para intentar el empate con la ilusión de alcanzarlo.

Ello, amén de los errores a la hora de mover el banquillo del técnico vasco quitando a Reyes del terreno de juego, se tornó a la postre en el tanto local después de varias oportunidades fallidas y malas elecciones de Sergio Rico, hasta el gol de Uche, que en el 73’, recortaba distancias con un remate de cabeza que se estrelló en el palo antes de entrar.

Pagaba el Sevilla el exceso de confianza y de prudencia contra un Levante que con el empuje de la grada rozó la remontada; si bien los sevillistas supieron sufrir y vencer en una noche complicada.