A nadie se le pasa ya por alto que uno de los artífices del ascenso a Primera División del Betis (sobre todo en este último tercio del campeonato) que el beticismo en su conjunto espera alcanzar más pronto que tarde, está recayendo en gran parte en la figura de Dani Ceballos y en su alto rendimiento a lo largo de la mayoría de los partidos.
Con tan solo 18 años de edad, el canterano verdiblanco ya ha demostrado la clase que atesora sobre el terreno de juego amén de una madurez prematura a la hora de afrontar ciertas situaciones dentro y fuera del campo. Un diamante en bruto que la entidad bética espera pulir durante algunos años más portando la camiseta del equipo de las trece barras.
Pero, la realidad que, a día de hoy, se proyecta desde ambas partes (jugador y club) no se acerca a un pacto prometedor que pueda sellarse con la firma de sendos actores; pues la pelota, ahora en el tejado del consejo que preside Juan Carlos Ollero, está siendo tratado con la mesura y el tiempo necesarios para poder alcanzar las cotas económicas que demanda la agencia de representación del futbolista, muy superior a las que acordase en su día el canterano allá por finales de noviembre con un representante distinto al que posee desde hace algunos meses ya.
Tras retomarse los contactos con Bahía y Margarita Garay al frente de la negociación en representación de Dani Ceballos, el Betis, que está presto y dispuesto a hacer un esfuerzo para que el canterano se quede; no ha llegado aún a un entente común en la operación, pues la exigencia por parte del jugador, con intereses de otros equipos en el jugador en mano, es que Ceballos cobre un salario al nivel o muy similar a los mejor pagados de la plantilla. Una hipoteca, que la directiva de Heliópolis no acaba de ver.
Y en estas, Pepe Mel, anda en el papel de intermediario entre las dos partes. No sólo porque comparta representante con Ceballos, sino porque entiende que el futuro inmediato de la joven promesa y del Betis después del ascenso a la máxima categoría del fútbol español, pasan por llegar a un acuerdo que debe satisfacer a todos antes de que pueda ser demasiado tarde.
En caso contrario, se abriría una ‘batalla’ legal complicada para el Betis y el propio Dani Ceballos.
