La bomba ha estallado en el Betis y veremos las consecuencias que tiene de cara a un futuro a corto y medio plazo; pues este miércoles, en la presentación oficial de Martín Montoya y Charly Musonda, Juan Carlos Ollero ha hecho pública su dimisión irrevocable al frente de la presidencia de la institución de Heliópolis.
Una decisión que según ha reconocido en sala de prensa el propio Ollero, tomó el pasado 21 de diciembre, ofreciéndole el cargo al actual vicepresidente, Ángel Haro, que de momento, ha declinado: “Mi objetivo era ascender al Betis e intentar traer la paz social con el fin de los problemas entre los accionistas. Sigo creyendo en esa paz, y eso me ha traído problemas. Por todos es conocido las diferencias con algunas de las plataformas”, manifestaba el exmandamás.
Una dura crítica que fue a más: “Hay algunos consejeros que ven el fútbol de una manera que yo no la veo. Ven el fútbol como sus padres. Se creen que deben pisar el césped, entrar en el vestuario o dar instrucciones técnicas”, dijo el expresidente.
En este sentido, las palabras del ya exdirigente bético llegaron tras el anuncio por parte del director deportivo, Eduardo Macià, de ratificar hasta el final de temporada a Juan Merino como técnico del primer equipo.
Por otro lado, el valenciano salió al paso ante el claro fracaso en la planificación de la plantilla bética: “No me puedo dar por satisfecho porque pienso que algo mejor podíamos estar. Yo les exigí a los jugadores mucho más, porque pueden dar más. Y esto, nada tiene que ver con los resultados, que no me dejan satisfechos. Hay que estar encima de los jugadores”, afirmó.
En cuanto a la frustrada incorporación de Damiao, Macià contestaba lo siguiente: “Damiao era el plan B, el A era Zárate. Pero pusieron más dinero. Todos se cumplían en el caso de Damiao, pero luego el consejo tiene una opinión y lo valida o no. Damiao entraba en todos los parámetros, pero existen otros matices”.
