Sencillamente increíble lo que Europa le está otorgando al sevillano. Otra semifinal, la tercera de forma consecutiva.
Desde los instantes iniciales, sevillistas y bilbaínos disfrutaron de dos claras ocasiones para ponerse por delante en el envite, pero el pie y el poste a tiro de Aduriz y la volea de Rami, lo evitaron.
Y es que todos los goles, como en la idea, se los reservaron ambos equipos para la segunda parte del choque, donde como en aquella vez, el artillero Aduriz, ponía por delante en el marcador al Athletic tras un fallo clamoroso del joven meta David Soria al intentar atajar el esférico.
Sin embargo, la reacción de los rojiblancos fue rápida y en apenas dos minutos, Gameiro culminaba una contra perfecta del Sevilla, haciendo el empate y obligando al cuadro de Valverde a forzar la prórroga.
Y así sucedería, cuando en el minuto 80, un centro medido al área del exbético Beñat a la cabeza de Raúl García y la media salida de Soria, motivaron que el mediocampista del Athletic alojara la pelota por encima del canterano sevillista, provocando el tiempo extra en la eliminatoria.
Mucha polémica y jugadas inverosímiles se pudieron vivir en los 30 minutos suplementarios; eso sí, que finalizaron con el mismo resultado que al término de los 90, dando paso a la lotería de la tanda de penaltis.
Y llámenle destino, profecía o sino. Pero el Sevilla acabó imponiéndose desde los 11 metros, gracias a la pena máxima errada en este caso precisamente por un exfutbolista verdiblanco: Beñat.
Nervión volverá a vivir otra semifinal más. Apoteósico.
