El Unicaja Almería es por derecho propio el mejor club de la historia del voleibol en España tras haber ganado en la misma temporada Superliga, Copa del Rey y Supercopa, un triplete histórico del que ha tenido gran parte de "culpa" su tridente brasileño: Marcilio Braga, Guilherme Hage y Moisés Cézar.
Braga, receptor, y Hage, opuesto, son los auténticos líderes en anotación del equipo -Marcilio, además, lo es de la liga-; y Cézar, central, ha sido el mejor bloqueador del campeonato a pesar de que una inoportuna lesión le hizo ver la final desde el banquillo.
Este hecho, según resaltó Moisés Cézar en una entrevista concedida a Efe por los tres brasileños, fue algo "inédito" para él, que subrayó que "quería pero no podía" y se quedó con "sensación de impotencia".
Unicaja Almería tuvo que remontar un punto de partido en el cuarto encuentro por el título liguero frente a CAI Teruel para igualar 2-2 y acabar llevando la serie al quinto y definitivo partido, que ganó por 3-0 en su cancha para proclamarse campeón de la Superliga el pasado jueves.
"Cuando estás jugando solo piensas en ganar", explicó Hage, quien añadió que los almerienses empezaron a remontar y cuando ganaron el set, tenían mucha más confianza en que iban "a ganar el título".
Para Hage, hacerse con el campeonato ha supuesto sacarse una espina clavada de hace dos temporadas, cuando militó también en el equipo almeriense y perdió la final en el quinto partido frente a Teruel.
"Yo tenía que salir de Almería ganando la liga sí o sí", confesó el opuesto brasileño.
Suyo fue el punto que decidió el título en un bloqueo, una acción que "sucedió muy rápido, pero cuando ves que la pelota está a punto de tocar el suelo, primero piensas que vas a ganar la liga y luego que has ganado también la Copa y la Supercopa y que estás haciendo algo histórico", afirmó Guilherme Hage.
El triplete de Unicaja Almería ha tenido bastante repercusión en Brasil, "un país que vive el voleibol", precisa Hage, para quien "con las redes sociales es más fácil la comunicación, muchísimos jugadores y personas nos han felicitado, y en varias páginas de voleibol de Brasil se han hecho eco del triplete", recalcó.
Sobre la consecución de esta hazaña, su compañero Marcilio Braga indicó que "Almería es un club con una historia muy grande" y que están "muy contentos y honrados por estar jugando aquí, por el trabajo" realizado y por "los títulos" conquistados.
"Es un privilegio jugar aquí y un sueño lo que hemos vivido", incidió el receptor brasileño, que fue también protagonista al pedirle matrimonio a su novia Aline al término del encuentro.
"Tenía los anillos desde el principio de la temporada, esperando el mejor momento para pedirle a una persona muy especial para mí que se casara conmigo, y ese momento ha venido", aseveró, feliz, Braga.
En este sentido, sus dos compañeros y compatriotas le recordaron que ellos quieren asistir al enlace. "Tiene que invitarnos a la boda; si no, va a quedar feo", apuntó, entre risas, Hage, a lo que el futuro esposo apostilló: "seguro que sí".
Ahora, con la temporada acabada y mientras se suceden los homenajes institucionales, estos jugadores del Unicaja Almería ya piensan en "ir a casa, aprovechar lo máximo y descargar".
Para la próxima campaña, los tres coincidieron en que su prioridad es "seguir en Almería". Mientras tanto, este verano disfrutarán en su país del mejor voleibol en los Juegos de Río.
"Va a estar muy competido, el nivel de las selecciones ha mejorado mucho", comentan, además de asegurar que, "obviamente", quieren que gane Brasil.
A la espera de la cita olímpica, los tres jugadores brasileños vivieron la felicidad de lograr un triplete en el voleibol español, un éxito histórico ante el que reaccionaron de manera diferente.
Hage se giró, casi sin inmutarse, tras darle a su equipo su undécima Superliga; Cézar saltó del banquillo y se abrazó a todo aquel que pasaba por su lado; y Braga, con la rodilla en tierra y entre una marabunta de cámaras, le pidió matrimonio a su novia, Aline. Son tres de los artífices de que el Unicaja Almería haya alcanzado de nuevo la gloria.