La española Ona Carbonell ha firmado un meritorio segundo puesto en el solo técnico y todo apunta a que mañana volverá a colgarse una medalla, seguramente de plata, en la final de la competición que se disputará en la piscina del Parque Urbano de Budapest.
Vestida con un llamativo bañador que la transformaba en una serpiente, la elegante Carbonell reptó sobre la piscina acompañada por la música que Peter Gabriel compuso para la película "La última tentación de Cristo".
Se quedó a tan solo 1,6336 puntos de la gran favorita, la rusa Svetlana Kolesnichenko, la que fue una de las más jóvenes componentes del equipo ruso, tricampeón del Mundo, y que consiguió 94,029 puntos.
Además Carbonell superó a la rusa en impresión artística (28,3000 por 28,1000), aunque Kolesnichenko cimentó su ventaja en la puntuación en elementos (36,0893 por 37,5229).
Ahora con 23 años y nueve oros mundiales, Kolesnichenko opta a cuatro oros más, dos en las competiciones de solo y otros dos en el dúo con su compatriota Alexandra Pastkevich.
Para conseguir la mejor puntuación utilizó un fragmento de la canción de Solveig de la obra Peer Gynt de Edvard Grieg, una versión de Anna Netrebko y Emmanuel Villaume acompañados por la Filarmónica de Praga.
En una rutina que duró 2:12 minutos, Kolesnichenko estuvo muy brillante en la ejecución (28,4 sobre 30). Trasladó su elegancia sobre la piscina y creó un universo de olas concéntricas perfectas que cautivó a los espectadores que medio llenaron la piscina.
Si Kolesnichenko respondió a la expectativas, Carbonell también. La española, prácticamente la única esperanza de medalla del equipo en sincronizada, debido a la renovación generacional, nunca falla. Mucho más madura en su nado, en el ejercicio se le ven influencias de Virginie Dedieu, pero también una evolución hacia un estilo propio.
Seguramente Ona está en su mejor momento deportivo. Con 27 años, sabe que tiene explotar al máximo su flexibilidad y ha añadido plasticidad y nuevos elementos para lo que ha contado con la ayuda de la entrenadora Esther Jaumà.
El bañador que ha lucido Carbonell es un diseño de Cristina Real, de la Escuela de Diseño de Sabadell, y le ha dado vistosidad a un ejercicio muy artístico y que ha venido perfeccionando en los últimos meses en las Series Mundiales que ha nadado.
En la lucha por las medallas, le acompañarán la japonesa Yukiko Inui y la ucraniana Anna Voloshina, que no fue agraciada en el sorteo y salió la cuarta de las 30 participantes.
Si como parece Carbonell se cuelga mañana una medalla, sea del metal que sea, la española habrá conseguido su vigésimo primera en un Mundial y habrá superado las 20 que tiene Gemma Mengual. Solo las rusas Svetlana Romashina y Natalia Ischenko, ambas con 22, tienen más.