La victoria contra el Valencia, sumada al empate del Barcelona frente al Espanyol, reactivaron al Atlético de Madrid, aún desde la distancia, a una lucha por la Liga que parecía sentenciada, reanimada ahora más por las matemáticas que por unos precedentes que indican que es una misión de una complejidad enorme.
Mientras en el Atlético mantienen la calma, apelan a ese lema del partido a partido que le ha movido los últimos seis años y eluden con respuestas inconcretas cada pregunta sobre si es posible aún ganar el título, el campeonato entra en sus últimas dieciséis jornadas con el Barcelona con una renta de nueve puntos en la cima de la tabla.
Son dos menos que hace una jornada, pero son aún muchos, según marca la historia reciente del torneo. Nadie ha remontado en ese número de encuentros una distancia similar y luego ha sido campeón bajo este formato de la competición de tres puntos por victoria, estrenados en el curso 1995-96, precisamente con título atlético.
Lo máximo fueron los ocho puntos que recortó el Valencia al Real Madrid en la Liga 2003-04 para luego conquistar el campeonato, además, con siete de ventaja, aunque hay algún matiz en esas estadísticas de las últimas 22 temporadas que pueden invitar al optimismo del Atlético, precisamente con ambos como protagonistas.
Hace dos cursos, el Barcelona alcanzó la jornada 30 como líder con nueve puntos sobre el Atlético, segundo. Tres partidos más tarde, el conjunto entrenado por Diego Simeone había nivelado esa desventaja con tres victorias consecutivas (5-1 al Betis, 1-3 al Espanyol y 3-0 al Granada) y otras tantas derrotas azulgranas: 1-2 con el Real Madrid, 1-0 con la Real Sociedad y 1-2 con el Valencia.
El desenlace posterior, ya en la jornada 38, coronó finalmente al Barcelona como campeón de la Liga, un punto por encima del Real Madrid, segundo, y tres por delante del Atlético, tercero; los tres que perdió el conjunto rojiblanco en la penúltima cita frente al Levante en el estadio Ciudad de Valencia con una derrota por 2-1.
"Lo que tenemos que hacer solo es pensar en nosotros, ir partido a partido, no pensar en la distancia que tenemos ni adelante ni atrás y vamos a intentar conseguir todos los puntos posibles", decía Saúl Ñíguez al término del 1-0 ante el Valencia. "Sabemos que queda muchísimo todavía por delante, tenemos que seguir así y seguir trabajando partido a partido", apuntó, por su parte, Ángel Correa.
En concreto, quedan dieciséis jornadas. Nunca el Atlético con el formato de tres puntos ha sumado nueve puntos más que el Barcelona en los últimos dieciséis partidos de una Liga. En la era Simeone, como mucho, ha igualado la productividad azulgrana, como hizo tanto en 2015-16, con 40 puntos, y en 2013-14, cuando fue campeón, con 33.
Sólo en una temporada, en 2008-09, aún sin el técnico argentino, logró más puntos que el Barcelona en ese tramo final, en el curso 2008-09, cuando el Atlético, al esprint por una plaza de la Liga de Campeones, sumó 32 puntos en esos dieciséis choques por los 28 que acumuló el equipo azulgrana, que encaró esa parte del curso con una distancia amplia como líder -12 puntos- y que terminó como campeón.
A la vez, el calendario que le resta al Atlético también realza la dificultad del desafío. Ocho partidos son en el estadio Wanda Metropolitano, donde aún está invicto en esta Liga, y ocho fuera, entre estos últimos las visitas al Barcelona, al Real Madrid, al Villarreal y al Sevilla, cuatro de los seis primeros clasificados.
El duelo directo en el Camp Nou dentro de cinco jornadas, el próximo 4 de marzo, si el equipo rojiblanco mantiene el ritmo, es esencial en ese sentido para el Atlético, pero ahí también tiene los precedentes en contra. No ha ganado en ninguno de sus diez partidos, con nueve once diferentes, de la era Simeone en ese campo, aunque allí un empate le coronó como campeón de la Liga en 2013-14.