El español Fernando Alonso (Toyota TS050 Hybrid), que lidera el Mundial de Resistencia junto al suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima, buscará de nuevo la gloria este sábado en las 24 Horas de Le Mans, la mítica prueba de un día que ya ganó hace un año y que afrontará, mirando al título, desde el segundo puesto de la parrilla.
El doble campeón mundial asturiano y sus compañeros lideran ahora el WEC (siglas inglesas del campeonato) con 30 puntos de ventaja sobre el otro Toyota -el del argentino José María 'Pechito' López, el japonés Kamui Kobayashi y el inglés Mike Conway-, que sumó un punto extra el jueves al firmar la 'pole' para una carrera en la que a Alonso le bastará ser séptimo para ser de nuevo campeón del mundo.
Kobayashi -ex compañero en Fórmula Uno del mexicano 'Checo' Pérez, en la escudería Sauber- fue el encargado de marcar la vuelta rápida para el coche número 7, el de 'Pechito', en la segunda sesión de la calificación, la de la tarde del jueves.
El japonés -ganador junto a Alonso, en enero y con un Cadillac del equipo Wayne Taylor Racing, de las 24 Horas de Daytona (Florida, EEUU), una prueba de otro campeonato, el IMSA- cubrió en su mejor giro los 13,6 kilómetros del circuito de La Sarthe en tres minutos, 15 segundos y 497 milésimas; 411 menos del tiempo que empleó, en el más veloz de los suyos, su compatriota Nakajima.
En la tercera y última sesión de la cronometrada principal, que acabó a medianoche del jueves y en la que el ovetense apenas dio siete vueltas, no se mejoraron los tiempos.
Por lo que Alonso, que había comentado a Efe que el año pasado, cuando logró el primer triunfo para Toyota en la mítica prueba gala, apenas durmió "20 ó 30 minutos y con un ojo medio abierto" y que, ya en la madrugada de este viernes, explicó que se sentía "bien" y con ganas de afrontar "la hora de la verdad y las emociones fuertes", arrancará segundo.
Fernando, de 37, puso fin el año pasado -al menos de forma provisional- a 17 años en la categoría reina del automovilismo, en la que firmó los dos Mundiales (2005 y 2006, con Renault) y los 32 triunfos (17 con Renault, once con Ferrari y cuatro con McLaren) que cuenta España a lo largo de toda su historia en F1.
Alonso buscaba nuevos retos deportivos, entre ellos el de intentar ganar la 'Triple Corona'. Motivo por el que, tras haberse anotado (dos veces) el Gran Premio de Mónaco, se embarcó en el WEC para ganar Le Mans: junto a las Seis Horas de Spa-Francorchamps (Bélgica) la prueba que se repitió en la 'Súper-temporada' 2018-19 del WEC que concluirá el próximo domingo.
A falta de las 500 Millas de Indianápolis (EEUU) para completar una gesta que hasta la fecha sólo logró el inglés Graham Hill, Alonso, al que McLaren ya le provocó una larga pesadilla durante sus últimos cuatro años en F1, no pudo siquiera clasificarse. En mayo, la escudería de Woking la volvió a pifiar en la mítica 'Brickyard' de Indiana, en la que el ovetense no pasó el corte y no pudo correr.
Con la 'Triple Corona' en punto muerto, el astro astur podrá resarcirse con un nuevo título mundial este fin de semana, en el circuito de La Sarthe. Un éxito que podría ser doble si vuelve a ganar las 24 Horas de Le Mans, con lo que se anotaría su quinta victoria en el WEC, después de haber repetido en Spa y con su triunfo en marzo en las 1.000 Millas de Sebring (Florida, EEUU).
Alonso esperará para pisar sobre las huellas de Hill, pero, de momento, podrá caminar sobre las del noruego Petter Solberg.
Si gana el WEC, un certamen en el que no competirá la próxima temporada, el genial piloto asturiano se convertirá en el segundo de la historia en coronarse en dos categorías distintas de la FIA (Federación Internacional del Automóvil): Solberg ganó en 2003 el Mundial de rallys; y en 2014 y 2015 el de rally-cross.
Toyota ya certificó el título de constructores el mes pasado en Spa; y querrá, seguramente, cerrar la campaña de forma idílica, ganando el título con uno de sus híbridos; y con triunfo de ambos coches en Le Mans. Una idea a la que se apunta 'Pechito'. El argentino dijo a Efe que firma ganar el domingo y no hacerlo en el Mundial, que, en su opinión, puede se merezca más el coche número 8.
Pero Alonso, que advirtió todos estos días de que esta carrera es muy larga y que no deberán perder jamás ni la concentración, ni la calma -y que este viernes dijo a Efe que regresará al WEC y a Le Mans- no renuncia a una segunda victoria en la mítica prueba gala.
Antes de embarcarse en nuevas aventuras que, a falta de confirmación, apuntan al Dakar -el próximo enero, en Arabia Saudí- y a otras pruebas que sirvan de preparación para el gran rally del desierto, Fernando quiere festejar en Le Mans. Alonso es insaciable.