La Fiesta Nacional del 14 de julio en Francia será inolvidable para el surafricano Daryl Impey, ganador de una novena etapa marcada por una fuga numerosa que llegó al pueblo del ídolo nacional, Romain Bardet, en un día, esta vez sí, de transición.
Día de fiesta oficial que se reflejó en el Tour. Una fuga de 14 hombres escribió la historia del trayecto de 170 kilómetros entre Saint Etienne y Brioude. Uno de ellos, Daryl Impey, quien pasó a la historia un 4 de julio de 2013 por ser el primer africano en vestir el maillot amarillo, levantó los brazos en la localidad de la Auvernia.
Impey, mientras el pelotón circulaba con bandera blanca y pacto de no agresión, batía al esprint a su compañero de fuga belga Tiesj Benoot (Lotto Soudal), el hombre que ganó la Strade Bianche en 2018. Fue fácil el desenlace para el ciclista de Johannesburgo, de 34 años, mucho más rápido que su oponente. Marcó en meta 4h.03.12.
Por detrás fueron llegando en goteo el resto de ciclistas de la escapada. Sin suerte entre los españoles, Marc Soler a 1.50 junto a Iván García Cortina, y a 2.42 Jesús Herrada. El pelotón, a ritmo cicloturista, pasó la meta a 16.25.
"Hoy sí ha sido un día tranquilo", decían Mikel Landa y Alejandro Valverde. El primero ya pensando "en atacar en la montaña, pero con cabeza y en su momento", y el campeón del mundo en su línea: "ayudar a los líderes en el único objetivo".
En la general, y con los favoritos pensando en el día de descanso del martes y en los Pirineos, sin novedad. Alaphilippe al frente, seguido del italiano Giulio Ciccone (Trek) y del galo Thibaut Pinot (Groupama), que es el líder real del Tour. El foco está en Geraint Thomas, a 19 de Pinot, Bernal a 23, Fuglsang a 49, Enric Mas primer español, undécimo a 53, Nairo Quintana a 1.11 minutos y Mikel Landa a 1.13.
TRES ESPAÑOLES A LA AVENTURA
La fuga fue una bendición para un pelotón que quería día de descanso activo. Un grupo de 15 corredores emprendió pronto la aventura después de múltiples ataques y contraataques. Entre ellos 3 españoles: Iván García Cortina (Bahrain), Jesús Herrada (Cofidis) y Marc Soler (Movistar), con permiso de sus líderes para buscar su día de gloria.
Grupo numeroso que se entendió perfectamente hasta las inmediaciones de la tercera y última cota del recorrido con corte de clásica. Lo intentó el asturiano debutante García Cortina junto a Stuyven y Benoot en el repecho no puntuable de La Vernède, pero no hubo manera.
Luego se destacó el "carpintero" austríaco del Bora-Hansgrohe Luka Pöstlberger, hasta 2014 trabajando la madera antes de dedicarse a la bicicleta. Era una carrera por eliminación que tuvo el momento clave en el ascenso a la Cota de Saint Just (3a), a 13 de meta, donde claudica Pöstlberger y se marchan Roche y Benoot.
IMPEY, PODER AFRICANO
Cerca de la cima se unió Daryl Impey a Roche y Benoot, que coronan a 13 de meta por delante de un cuarteto perseguidor con Soler. Del pelotón se sabía entonces que seguía cumpliendo con su jornada laboral a 14 minutos. La victoria estaba delante.
Las rampas del puerto acabaron con las fuerzas de Roche, así que quedaron al frente Impey y Benoot. Un velocista y un ciclista tipo clasicómano. Pero se entendieron y decidieron ayudarse hasta que la recta de meta los separó.
Allí no se conocieron de nada. Arrancó Benoot con el manotazo del ahogado, y contentó Impey para ganar con comodidad, con tiempo para lucir la bandera de su país en el maillot. La segunda victoria de un africano en el Tour después de la lograda por Rober Hunter en 2007.
Era la cuarta victoria del año para un corredor que domina en su país. Ha ganado 8 veces el campeonato nacional contrarreloj y 2 en línea. El poder africano reinó en la fiesta nacional francesa, y en Brioude, el pueblo de Bardet, un favorito extinguido como tal.
La segunda semana del Tour no empezará en esta ocasión con jornada de descanso, que se traslada al martes. Lo hará con la décima etapa, entre Saint Flour y Albi, con un recorrido de 217,5 kilómetros. Perfil ondulado en la travesía del Macizo Central hasta los Pirineos.