Ambos equipos dedicaron a pasarse el balón los últimos diez minutos
El Hoffenheim y el Bayern hicieron este sábado una especie de "huelga" contra un grupo de ultras del club bávaro, que habían desplegado carteles insultantes contra el mecenas del primero de los dos equipos, Dietmar Hopp, y se dedicaron a pasarse el balón los últimos diez minutos.
El partido, que se saldó con un 0-6 a favor, del Bayern, ya estaba liquidado desde hacía bastante cuando aparecieron los carteles en la curva del Bayern.
El árbitro central, Christian Dingert, interrumpió el partido por cinco minutos para luego reiniciarlo y mientras tanto los dos equipos habían acordado entre ellos su huelga de brazos caídos en solidaridad con Hopp.
Antes, los jugadores del Bayern y el cuerpo técnico y parte de la cúpula directiva se habían encarado con los ultras.
En los minutos finales del partido, Hopp y el presidente del Consejo Directivo del Bayern, Karlheinz Rummenigge, estuvieron juntos, de forma significativa, al lado de la banda y en el centro del campo.
Mientras tanto, los dos entrenadores conversaban entre ellos y en el estadio había gritos de ánimo a Dietmar Hopp.
Hopp, fundador del consorcio informático SAP, creó el Hoffenheim prácticamente desde la nada; lo llevó a la primera categoría del fútbol alemán e incluso a jugar la Liga de Campeones.
La figura de Hopp se ha convertido en un blanco permanente de ataques de ultras rivales que lo ven como una especie de símbolo de la comercialización del fútbol.
Los más radicales han sido los del Borussia Dortmund, que en varias ocasiones han levantado carteles con la figura de Hopp encerrada en la mira de un fusil.
Lo anterior ha llevado a denuncias penales y a que los seguidores del Dortmund tenga vetada su entrada al estadio del Hoffenheim.
En los carteles de este sábado, los ultras del Bayern pretendían solidarizarse con los ultras del Dortmund.
El partido tuvo una primera interrupción breve, cuando se desplegó un primer cartel. Ahí los jugadores del Bayern fueron a la tribuna y discutieron con los ultras, mientras que en el palco Rummenigge se acercó demostrativamente a Hopp para abrazarlo.
En la segunda interrupción, decretada por el árbitro central, los equipos se fueron a los vestuarios durante cinco minutos y luego volvieron al campo con la decisión tomada de hacer su gesto de protesta, en medio de los aplausos de la mayor parte del público y de gritos de apoyo a Dietmar Hopp.
A comienzos del segundo tiempo del Friburgo-Dortmund, pese a que el Hoffenheim no tenía ningún papel en el partido, también hubo una interrupción por cánticos contra Hopp.