El grupo de Alvarado otro año más vuelve con el sello del sevillano, con un tipo de ancianos que juegan en una plaza a la petanca. Como anillo al dedo y a forma de presentación del tipo que representa, recuerda el poco uso, no el que quisiera que le da a su teléfono, con unos ancianos que espera la llamada de un hijo por el que se desvive y que no obtiene respuesta.
Buena afinación la que ofrece la comparsa que dejó buen sabor de boca por lo bien cantado y por la delicadeza con la que siempre acude al Falla. Buen pase y bien defendido.