A cuerpo de rey, Don Juan Carlos, “de jubileta”, vuelve a certificar porqué fue una de las sensaciones de preliminares con un pase fresco y ovacionado. Ojo que la sorpresa pudiera tener continuidad. Al tipo, con rodilleras incluidas, le dedica los dos pasodobles a su familia.
Muy real como críticos ambos. Golpes tras golpes, cómo no, el monarca no deja de meterse al público en el bolsillo.
Con su yerno Iñaki dice que se equivocó, no en la elección de un repertorio que hizo las delicias por todo cuanto dio sobre las tablas. Se despiden con el público puesto en pie.