La comparsa de Reyes y Cardoso regresaba a las tablas tras una década de ausencia y lo hacía con un nombre que sobresalía por encima del resto: el de Arturito de Barbate, que tras salir con Bienvenido ha vuelto a su agrupación por antonomasia para disfrutar con los curas obreros que hacen todo por su barrio y su gente.
Con una tanda de pasodobles acordes al tipo, sorprenden con una primera letra en la que, entonado desde un punto de vista religioso, se acuerdan de todos aquellos cadistas que cada 15 días van desde cualquier rincón de la provincia al Ramón de Carranza. En el segundo, de nuevo en clave religiosa, critican la cantidad de pisos vacíos que posee el Vaticano, condenando la actitud de la Iglesia y su afán porque se tache su casilla en la declaración de la renta.
En la tanda de cuplés vuelve a destacar la presencia de Arturito, a quien le tienen que pagar dietas para que salga en la comparsa. En el segundo, cameo de un chirigotero de los Daddy Cadi incluido, critican la actitud de los ofendiditos del carnaval.
El popurrí no logra mantener el nivel, aunque tan solo por las voces que tiene la comparsa merece la pena escuchar el pase completo. Buen nivel en su regreso a las tablas.