Con una acertada presentación, la comparsa de Barbate llega en estos cuartos de final a las tablas del Gran Teatro Falla, buscando agradar, al menos, lo mismo que en las pasadas preliminares.
La tanda de pasodobles la inauguran con una acertada letra a los dolores que sufren las víctimas de la fibromialgia, "la pandemia del siglo XXI", reclamando mayores soluciones y un tratamiento efectivo para paliar la enfermedad que "entierra en vida" cada día a más mujeres. L a segunda letra la dedican, desde un punto de vista muy particular, a la pederastia en la Iglesia. Repasan los hijos de cada uno de ellos para acabar avisando de que "aquí a los niños no los toca ni Dios".
En el primer cuplé renuncian "al placer de la carne", aunque Dios acaba advirtiéndole de que lo ve "cuando entra en el cuarto de baño". En el segundo, se lamentan de la falta de liquidez económica para mantener la iglesia y dar la misa a los feligreses, aunque peor está Dios, con "dos mil años de vida y seis días cotizados". Cuplés de comparsa... esa es la verdad.
De nuevo, la comparsa de Cardoso interpreta un bello popurrí, esta vez sin fallos, que cierra así una sesión que ha mostrado un nivel alto desde el principio hasta el final, cosa que se agradece.
