Se presentan unos demonios que comenzado el carnaval dan tregua, pero una vez quemado el Dios Momo vuelven nuevamente a por ti. Un poco estresada la presentación. En el primer pasodoble quieren hacer ‘de una noche de carnaval toda una vida’. El segundo lleva a su padre invalido, al parecer, a la playa para que pueda volver a sentir la sensación de caminar. La interpretación no es de alta calidad. Los cuplés, el primero a los escaladores para que escalen el badén de la Alameda (siendo un resalto realmente) y el segundo a su ‘parienta’ y el satisfyer nuevamente con un estribillo que recuerda a comparsas de Jesús Bienvenido. Viaje infernal para terminar con el popurrí. No logran conectar con el público.