Sinceramente, me alegro. Cuando se demuestra que éste es un país en el que se respeta la libertad, sea cual sea tu color político, siempre es motivo de satisfacción.
Por eso, me congratula que VOX, sus simpatizantes y militantes, hayan podido manifestarse en libertad. Que hayan podido expresarse sin censura ni nadie que le pusiera cortapisas. Me llena el corazón de cascabeles que hayan probado en sus propias carnes que, en realidad, ya tenían lo que pedían. Porque, quizás, no alcanzaban a entender que en un país en el que no existiera libertad de expresión, no podrían hacerlo.
Me alboroza que no se hayan producido ningún tipo de problemas, como ellos mismos auguraban desde las redes sociales con una contra manifestación que sólo existía en la mente de algún iluminado. Me agrada, aunque en la mayoría de los casos no siguieran las normas de seguridad que se les exigía para realizar la manifestación, como era la de no bajar las ventanillas de sus autos. Aunque les entiendo: con este calor, era mejor bajar las ventanillas y cuidar el medio ambiente, prescindiendo de los aires acondicionados.
Se ha demostrado que sois imparables. Que ni las protestas del personal sanitario puede pararos. Qué sabrán ellos de pandemias ni gaitas. Qué importa la posibilidad de contagio. No era una manifestación feminista, que esas sí que son infecciosas. Las banderas ahuyentan al coronavirus, y al mismo demonio si se tercia. Los anticuerpos españoles serán la base de la vacuna definitiva.
Si el calor aprieta y no hay más remedio que bajarse de los coches, pues se hace y punto. Sin distancia social. Tampoco es necesaria. Si ya ha quedado claro que todo esto no es más que una broma de mal gusto provocada a posta por un laboratorio chino con el firme propósito de llevar a España hacia una dictadura narco bolivariana.
Se ha demostrado que no tenéis límites. La España que madruga, la del BMW y el Audi, siempre en pro de la industria patria. La España que conduce con una mano y con la otra enarbola una bandera que filtra el aire y lo deja libre de impurezas. La España de la farra, el bullicio y el guirigay, aunque mañana se pida crespón negro y luto.
Amigos, esto es la democracia. Bienvenidos.
