Hora y media, o lo que es lo mismo, 90 minutos para que la Liga se dé por finiquitada. Jornada de sonrisas y lágrimas, del todo o nada. A vida o muerte. No habrá término medio, castigo o clemencia. Blanco o negro. 37 jornadas que han dado argumentos más que decisivos para ir sorteando vicisitudes que han marcado una situación límite y concluyente. Los errores pasaron de puntillas, la autocrítica arrinconada por los culpables que buscan nuevos cobijos lejos de Valdelagrana, los pecadores, la indulgencia y la compasión. Este domingo está prohibido fallar, un error sería capital e irreparable y de consecuencias impredecibles, por lo que la palabra equivocación debiera ser desterrada inmediatamente.
El Racing Portuense, en la última bala en la recámara, está a un paso de salir de la quema y de sortear el fuego del infierno. Merodear en el averno y con las llamas tan cerca, no inmunizaron lo suficiente cuando se te va la vida en ello. Es tanto lo que hay en juego, que la motivación extra pasa inexorablemente por ganar y no jugar a la peligrosa especulación.
La permanencia deportiva va ligada inexorablemente a la continuidad como institución. Para seguir con vida más allá del 30 de junio todo pasa por vencer al San Fernando. No queda otra. Todo a una carta, tan cruel como real. A un gol de la salvación.
Sin titubeos y sin medianías, los portuenses se juegan seguir o no existiendo. Pararse a pensar en las posibles consecuencias y en los daños colaterales de un posible traspiés es caer gratuitamente en una depresión sin vueltas.
Es por ello que a poco que se apliquen, la empresa saldrá victoriosa y triunfal. Estamos ante el partido más importante, posiblemente, de la historia racinguista. Hubo muchos partidos decisivos y situaciones adversas, pero, a buen seguro, no encontró unas connotaciones como las que marcan la actualidad.
El tiempo apremia y las urgencias se imponen. La resolución final hallará una respuesta este domingo a las dos de la tarde. Triunfará la vida.
Venciendo se salva matemáticamente
Una victoria ante los isleños despejaría cualquier posibilidad de peligro y cerraría la opción de terceros resultados, colocándose en la 15ª posición, la que ocupa en la actualidad consiguiendo la permacencia matemática
Un empate pudiera valer a ambos
Un empate también pudiera bastar tanto a Racing como San Fernando, pero con la connotación de que Ayamonte, Arcos y Marinaleda no vencieran su partido. Con 39 puntos imposibilitaría el alcance de Rociera y Murallas
Caer derrotado dependería de otros
El peor resultado, porque ya no dependería de sí mismo, sería una derrota. Con ella, podría darse hasta el séxtuple empate. En caso de empate, el Racing sale beneficiado ante Marinaleda y Ayamonte
