Las presentaciones se convierten en el ritual perfecto para dar oficialidad a la contratación de turno ante los medios. Pocas sorpresas y pocos titulares encuentran que no sirvan para cumplir con el protocolo establecido. Fotos, sonrisas e ilusiones, que suplen los nervios del que llega con la responsabilidad de cumplir a las expectativas creadas. Son grandes y él lo sabe. Baldomero Hermoso, Mere, vuelve.
El entorno lo ha señalado como el guía. Hace tiempo que lo había estado demandando. Él lo sabe, de ahí “agradecer al club por la confianza a un entrenador, relativamente, inexperto como yo”, comenzaba con su interlocución. “Son seis meses mi experiencia como primer entrenador y llego al club de mi tierra. He sido jugador en dos etapas muy distintas, en dos momentos muy diferentes. Si no tuviera ilusión no estaría sentado aquí”.
Pocos entrenadores vienen precedidos de tanto deseo. Hacía tiempo que un técnico no centralizaba la confianza con la que arriba el míster portuense. Las demandas de contar con un entrenador local, su pasado, sus credenciales hacen de éste entrar por la puerta grande.
Mere tomará el testigo dejado por David Galisteo. Éste llegó sonriente, atento, cercano, afable y sincero. Así se presenta el que debe llevar las riendas del vestuario. Se mueve bien ante los medios, no se asusta, es claro, directo, maneja bien la palabra y, lo mejor de todo, sabe lo que tiene entre sus manos y lo que quiere para sí y para el club.
Tiene las ideas claras. Es ambicioso, innovador, trabajador y constante. La tarea no será fácil, son momentos de arrimar el hombro. Su compromiso empezó antes de sellar su firma en el contrato tras retirar la denuncia que tenía en el Juzgado de lo Social, correspondiente a su etapa como segundo entrenador.
Ilusión fue la palabra más repetida, una y otra vez fue sonando en la abarrotada sala de prensa. “Conozco al club y eso espero que sirva para que el equipo vaya bien y que la gente que venga al campo disfrute con lo que vea del equipo”. Después de cinco años, “hay materia e infraestructura más que suficiente para movernos en Tercera y, ojalá entre todos, al club no le falte de nada“. Es conocedor de las limitaciones con la que parte, “pero espero que cada uno en su parcela lo haga de la mejor manera posible”.
De cuatro a seis partidos de pretemporada
El trabajo, y con ella la pretemporada, dará comienzo “el 12 de julio y echar andar para conocer a la gente en los primeros días”. Diez días más tarde se disputarán “entre cuatro y seis partidos”, alternándolo como local y visitante, “para buscar superficies distintas”.
La competición la aventura “igualada, esperemos, dentro de las limitaciones, con orden, criterio y a base de esfuerzo podamos estar dentro de ese grupito que son los que lo hacen bien y no pasar los apuros pasados este año”. No avanzó los cambios que se prevén, “hay futbolistas que hicieron las cosas bien y se quiere contar con ellos, pero eso está todavía en el aire y hay que hacer un análisis más profundo de la plantilla”.
Tras la marcha de Alberto Romero, la parcela de la preparación física queda huérfana, “pero lo iremos haciendo Javier (Zafra) y yo, a la espera de poder traer a alguien”. La experiencia en el Puerto Real, “donde creo que hice un master en seis meses no tendré problemas si veo que no llega una persona”.
Javier Zafra, secretario técnico, y abanderado de la contratación del portuense, deseó “toda la suerte para que suframos mucho menos de lo que sufrimos el año anterior”, avanzó deseoso y aventurando. “Mere tiene unas condiciones y lo va a demostrar esta temporada. Viene con mucha ilusión y aportar todo lo que sabe”, para recalcar que el club “pase una campaña solvente”.
Por su parte, Ignacio Corzo, quiso “olvidar la temporada, porque hubo motivos y desearle lo mejor, pues será lo mejor para el equipo y para la ciudad”.