La semana comienza con el buen sabor de boca dejado por el magnífico triunfo conseguido ante el filial algecirista. La victoria anestesió dos semanas estresantes llenas de incertidumbre y de reivindicaciones ante el cierre del José del Cuvillo. Digerida ésta, el incierto futuro sigue marcando el pasar de los minutos en una entidad que aguarda con desazón el devenir de los próximos días.
La anterior acabó con cierto sabor agridulce y desconcertante, ante lo que está por llegar: un camino con un final sin escribir. De la alegría ante lo que se entendió como un preacuerdo en toda regla, no se acogió de igual manera por las otras partes implicadas.
La falta de discreción, según algunos, ante lo que debía ser un acuerdo previo para terminar se sellarse en próximos encuentros y en fechas venideras, chocó de frente ante la efusividad y las ganas de dar a conocer el convenio.
Si el jueves por la tarde la alegría y optimismo generalizado se imponía ante las noticias positivas de la apertura de las instalaciones, eso sí, previo pago y aún por concretar, el pasar de las horas, no hizo sino apaciguar los ánimos.
Lo adelantado por este medio, oficializado en la web oficial horas después y publicado a posteriori por el resto de la prensa, sentó como un jarro de agua fría a unas negociaciones que se presumían debían ser cuasi
secreto de Estado y que con sigilo, se pretendía llevar hasta el entendimiento final.
Para terminar de enfriar los ánimos entre el entorno, una enigmática frase venía a sumar más indefinición a golpe de tuit. “La impaciencia y falta de discreción dan al traste con toda negociación”, escribía en Twitter el concejal de Deportes Francisco Aguilar. “¿Reflexión?” o “¿mala noticia?” tal y como el secretario Ángel Soler le preguntó sin que encontrara respuesta ante la duda generada en éste.
Casualidades o simple arrebato de sinceridad, lo cierto es que la semana comienza ante la esperanza de encontrar un nuevo halo a restablecerse la cotidianeidad y al temor a que lo andado, lejos de avanzar se haya retrocedido a la casilla de salida.
Mejor sin publicidad
Las muestras públicas de los últimos días en la que se pedían abiertamente la apertura del estadio y con una cobertura mediática de por medio, al parecer, tampoco han sido del agrado de los que entendían que en medio de una negociación, la postura correcta debían ser la prudencia y el silencio institucional.
Al considerar estas concentraciones como una presión ejercida ante un futuro acuerdo, que debían sentar las bases para el normal establecimiento.