Hace poco escuché que una amiga más que justificar, intentaba explicar una situación bastante desagradable y violenta que se le había dado en su centro de trabajo:-“son los daños colaterales de la crisis”- decía. Y, que quieren qué les diga, espero que sea cierto.
Todos podemos comprobar como poco a poco reaccionamos de forma mucho más desmesurada y desmedida ante situaciones que bien podrían afrontarse de forma correcta y educada. Estamos llegando a un punto en el que pensamos que la violencia es la única solución a los problemas que nos surjan y, en demasiadas ocasiones, se dan faltas de respeto, amenazas, insultos y agresiones absolutamente injustificables e injustificadas.
No es que la violencia no sea la solución ni una posible solución a algún problema, es que la violencia lo único que consigue es agravar cualquiera de los problemas que hayamos intentado solucionar. Sin embargo, tengo otro amigo que me dice lo siguiente: -“cada vez somos más brutos, más violentos y menos educados”.
No conozco la sociedad más allá de nuestra preciosa bahía y, por tanto, no se si este problema puede llegar a darse también en otros lugares (aunque mucho me temo que si), pero si compruebo que la incultura y el “bajunerío" van cogiendo posiciones como modos imperantes en nuestras ciudades, al amparo de la libertad que tanto maltratan este tipo de personas y que se va arrinconando sin remedio porque parece que quien se exprese de forma correcta pero contraria es un provocador.
Puede que haya un poco de los dos casos en nuestra actualidad social pero si la crisis la vamos dejando a tras como dicen los que mandan, espero que también sus efectos negativos no dejen huella y dejen herida de gravedad en aspectos que no se solucionan con dinero.