La semana acaba y lo hace con diferentes sensaciones ante el escenario político que se presenta a nivel local. La resaca del 24-M dejó mayores lecturas y mayores interrogantes de los que se pensaba en un principio, ante los comicios más abiertos de los últimos tiempos.
Ni que decir tiene que no entraba en las quinielas -al menos en las encuestas internas que barajaban- el descenso tan determinante que ha resultado ser para los dos partidos que han estado gobernando El Puerto en los últimos ocho años.
La bajada considerable de los dos partidos del equipo de Gobierno (más de 6.000 votos) con la pérdida de cinco concejales, la abstención (bajada de dos puntos respecto a 2011), la entrada fulgurante de Levantemos El Puerto (cuatro concejales) y la escasa trayectoria en cuanto apoyo se refiere al que se preveía como fuerza revelación, la de Ciudadanos, provocaron el panorama que se presenta de aquí a quince días para la investidura del alcalde.
Las elecciones 2015, sin duda alguna, tendrá un antes y un después. La constatación de que la pluralidad política y el color y la tendencia consistorial han dado un vuelco para los próximos cuatro años. Igualmente, la gobernabilidad y el encuadre que resultará al final siguen siendo objeto de especulaciones y una incógnita en cuanto a cómo quedará completado el Consistorio.
La fragmentación política que ha venido recorriendo casi en su mayoría en todo el Estado también ha tenido su reflejo en clave portuense. Pactar será casi una cuestión obligada. Las elecciones retratan una realidad completamente diferente a pasadas legislaturas.
Las negociaciones y los encuentros se sucederán a lo largo de los próximos días. De puertas hacia afuera reconocerán unos y otros que sólo han existido los protocolarios saludos formales.
Más allá de ellos, las posturas han comenzado a posicionarse y a marcar tanto la línea a seguir como las intenciones de compactar distintas fuerzas y diferentes posicionamientos en temas tan candentes como son las empresas municipales, la privatización de Apemsa, la construcción de los aparcamientos subterráneos de Pozos Dulces y de plaza de Toros, entre otras cuestiones y con una cláusula de penalización de varios millones de euros para el caso de su no construcción.
Todos, o casi todos, tienen posturas diferentes o encontradas. La inestabilidad en el gobierno de la Junta de Andalucía, las elecciones Generales que se celebrarán en noviembre, así como las directrices provinciales, jugarán su papel en unas elecciones que, irremediablemente, va más allá de la clave local.
Si los resultados han sido los que han sido, las combinaciones alumbran un Ayuntamiento diverso y diferente. Las opciones más plausibles pasan desde pactos puntuales en un gobierno en minoría, tal y como avanzó el alcalde en funciones Alfonso Candón, o un tripartito (PSOE, Levantemos El Puerto e IU) que aglutina a las fuerzas de izquierdas.
Ni en número -suman doce frente a los trece que otorga la mayoría- el resto de formaciones (Partido Popular con nueve, Ciudadanos con dos y Partido Andalucista con uno) no alcanzan el hipotético frente que acoge la otra mitad de los partidos representativos.
Eso sí, la consigna común con la que se viene tratando es desbancar sí o sí al Partido Popular de la Alcaldía. El denominador común de todos es no facilitar la investidura de Alfonso Candón el sábado 13 de junio.
El comité celebrado del Partido Popular -se celebró ayer jueves- dejó muestras de que el decorado se presenta complejo y cuanto menos impredecible a lo que éste pudiera deparar. A pesar de la bajada de ánimo y del revés producido, los contactos se mantendrán con los candidatos en buscar una entente en la búsqueda de la gobernabilidad de la ciudad.
Izquierda Unida, clave
El que sí ha hablado meridianamente claro ha sido el coordinador provincial de Izquierda Unida, Manuel Cárdenas, que avanzó que la intención es “propiciar que el Partido Popular deje de gobernar Cádiz, Jerez, El Puerto y todas las alcaldías donde tiene una fuerte presencia”.
El coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, por su parte, abrió y otorgó libertad a cada formación local. La falta de sintonía con el PSOE frente a las demás fuerzas -Fernández ya espetó “no fiarse” de éstos-, mientras que Levantemos El Puerto recordó los incumplimientos reiterados de la Junta de Andalucía para con El Puerto.
Las negociaciones no serán fáciles ante cuestiones determinantes que pudieran abrir nuevas divergencias ante posturas diametralmente opuestas.
