La noticia que hoy publicamos respecto a la aparente escasa transparencia en la gestión de la empresa Impulsa El Puerto en su intento de reflote, pone de relieve la poca credibilidad y el nulo poder de convencimiento con el que se ha intentado soslayar una situación cuanto menos preocupante de un tiempo a esta parte.
Contar una realidad o pretenderla amoldar para ajustarla a una existencia irreal bien diferente, ni es lícito ni es recomendable por parte de nuestros gobernantes, al desmontarse con esta publicación las pretensiones municipales.
Los continuados embargos con los que la empresa municipal, la que en su día se convirtió en abanderada de las señas de identidad y en ejemplo de efectividad y saneamiento público, se ha transformado de la noche a la mañana en el vivo retrato de una incapacidad de mantener los escasos recursos con los que cuenta este Ayuntamiento.
Una demostración de gestión irresponsable y enervante que además ha contado con el voto unánime de todos los consejeros, a excepción del PP que decidió dejar de tener representación en la empresa. Anunciar que se “salva” un concurso de acreedores cuando se omite una deuda de casi 200.000 euros con Hacienda, demuestra que ni se sabe gestionar ni se sabe decir la verdad.
Y este Ayuntamiento parece no poder dejar pasar la oportunidad de que se deje de confiar en él.