La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado que los datos sobre consumo de psicofármacos sitúan a España a la cabeza mundial del consumo de benzodiacepinas, un grupo de fármacos utilizados para el tratamiento de trastornos de ansiedad o insomnio.
A través de un comunicado, la OCU ha resaltado este consumo "exagerado" responde a "la falta de una respuesta adecuada por parte de la sanidad pública a los problemas de salud mental".
Un organismo de dependiente de Naciones Unidas que monitoriza el consumo de fármacos legales, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), señala en su último informe del año 2021 que España es el país que más benzodiacepinas consume del mundo. Concretamente, en España y durante el año 2021, un promedio de 110 personas por cada mil han consumido una dosis de benzodiazepina al día.
La Agencia Española del Medicamento (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, también recoge este aumento en el consumo de psicofármacos durante la última década: entre el año 2010 y 2021, el aumento en el consumo de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes ha sido de más de 10 puntos; pasando de 82,50 dosis diarias por mil habitantes al inicio de la pasada década a 93,04 en 2021.
Entre 2019 y 2021, marcados por la pandemia de COVID-19, el aumento ha sido de más de 6 puntos, pasando de una dosis diaria de 86,93 en 2019 a una de 93,04 dosis diarias por mil habitantes en el año pasado.
De acuerdo con los datos proporcionados por Sanidad, más de un tercio de los españoles tiene problemas de salud mental. Los más frecuentes, los llamados trastornos mentales comunes, son los de ansiedad, depresión o por somatización.
De hecho, durante la pandemia, los problemas de salud mental se han multiplicado casi por dos: ya antes de la COVID-19, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) recogía que cerca del 20 por ciento de los españoles se encontraba en tratamiento psicológico o psiquiátrico. Desde entonces, más del 40 por ciento de la población española ha acudido al psicólogo o al psiquiatra por problemas de ansiedad, y más del 30 por ciento por problemas de depresión.
Ante esta situación, OCU ha criticado la "falta de especialistas" en salud mental en la sanidad pública, concretamente en Atención Primaria, el primer nivel de atención a la salud. "Los médicos de cabecera disponen de muy poco tiempo para atender a los pacientes, y no siempre se dispone de las herramientas o especialización en psicoterapia para abordarlos. Y así, se tira de recetario. Una solución efectiva a corto plazo, que no está exenta de riesgos, y que, a la larga, no soluciona el problema", lamentan.
La OCU considera que la falta de profesionales en salud mental, unido a la "medicalización" de los problemas mentales, "refuerzan el consumo de psicofármacos". "Buena prueba de ello es el caso de las benzodiazepinas, medicamentos como diazepam ('Valium'), alprazolam ('Trankimacin') o lorazepam ('Orfidal') son algunos de los más conocidos y en los que España ocupa el triste primer puesto de consumo mundial", apuntan.
Por todo ello, creen "necesario" tomar medidas y dotar de recursos suficientes a la atención de la salud mental en la sanidad pública. "Porque sin salud mental, no hay salud; y sin recursos no hay salud mental", remachan al respecto.
La OCU ha puesto en marcha una campaña para pedir una "mejora sustancial" en la atención a la salud mental, en la que se solicita que se incorpore la figura del psicólogo clínico en Atención Primaria de modo que se ofrezca atención terapéutica, no solo farmacológica. Actualmente solo hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes en la sanidad pública, un tercio de la media europea.
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