Y es que el equipo que dirige Manolo Jiménez estaría eliminado en estos momentos, después de los resultados registrados hace siete días, que dejaron al Sevilla penúltimo, con 3 puntos, superado por Stuttgart y Sampdoria, con 4, y por el Standard de Lieja, líder, que tiene 6 puntos en su casillero. Por lo tanto, a los blanquirrojos no les vale más que el triunfo si no quieren jugarse el todo por el todo en Génova, en la última jornada.
El problema, sin embargo, es que éste Sevilla está demostrando carencias visibles, como sucedió el sábado en Liga, con el 0-3 que le endosó el Barcelona, o con el empate a cero arrancado anteriormente por el Valencia. Y es que los problemas parecen residir, principalmente, en una delantera que ya no es la que era.
No en vano, Kanouté, pese a intentarlo en todo momento, no puede ser siempre el salvador de su equipo, mientras que Luis Fabiano, que jugará hoy de titular, dado que en Liga deberá cumplir sanción tras ser expulsado, es un jugador de rachas, y ahora le ha tocado el momento de no ver puerta.
Sin embargo, la superioridad del Sevilla respecto al Partizán es absoluta. Si a ello se le añade que el quizás mejor jugador sevillista, Jesús Navas, volverá al once después de estar sancionado en Liga, y que Konko podría ocupar su posición natural en banda diestra en lugar de Mosquera, se comprende que todo lo que no sea una victoria hispalense pueda calificarse de sorpresa mayúscula.