La convocatoria de los comicios supone el pistoletazo oficial de arranque de la campaña, que durará un mes y en la que las dos principales líderes políticos –el laborista Brown y el conservador David Cameron– desarrollarán un auténtico maratón electoral.
Tras anunciar la fecha y acompañado por su Gobierno en pleno frente al 10 de Downing Street, el primer ministro dejó claro que el eje de su campaña girará en torno al papel desempeñado por su Gobierno para hacer frente a la crisis económica internacional.
“La gente ha luchado demasiado para conseguir que el Reino Unido se sitúe en el camino de la recuperación como para permitir que nadie nos devuelva al camino de la recesión”, manifestó.
“El futuro está a nuestro alcance y es un futuro de justicia que debemos conseguir entre todos”, añadió el primer ministro, que se dirigió a los 45 millones de votantes británicos para que reiteren su confianza en los laboristas para dirigir el país.
Brown dijo que las elecciones deberán decidirse a partir de “los tres grandes desafíos” que afronta el país: recuperar la economía, asegurar las principales prestaciones sociales al tiempo que se reduce a la mitad el déficit y renovar el clima político tras el escándalo del abuso de los gastos asignados a los parlamentarios.
Las elecciones serán las más disputadas de los últimos 18 años si se cumplen los pronósticos más recientes de las encuestas sobre intención de voto, que auguran que no habrá una mayoría clara en el Parlamento y que la fuerza más votada se verá obligada a pactar.
De la incertidumbre del resultado de las urnas el 6 de mayo dan cuenta los últimos sondeos, que sitúan entre 4 y 10 puntos la diferencia a favor de los conservadores, y que coinciden en la irrupción con fuerza de la tercera fuerza política, el Partido Liberal Demócrata, que podría tener la llave de la legislatura.
Los tories tienen la oportunidad de acabar con 13 años de Gobiernos laboristas, desde que Tony Blair se convirtiera en primer ministro en 1997 y acabara a su vez con 18 años de presencia conservadora en el número 10 de Downing Street.
Blair ganó para el laborismo tres elecciones generales y cedió la jefatura del Gobierno a Gordon Brown.