El foco de los incidentes desatados desde el comienzo de las marchas protestantes volvió a ser el barrio de Ardoyne, donde un centenar de agentes antidisturbios fueron atacados con bombas incendiarias, luces láser de alta potencia y armas de fuego, pues llegaron a oirse hasta seis disparos de bala.
Una portavoz de la policía norirlandesa (PSNI) indicó ayer que no se registraron heridos, al tiempo que aseguró que las fuerzas del orden trabajan con los líderes comunitarios para poner fin a la violencia.
55 agentes de Policía han resultado heridos por los disturbios , que han coincidido con las celebraciones protestantes del Doce de Julio.